Fernando Ramos
Con el paso de los años y de las películas, la mafia italiana se convirtió en una especie de mitología. Es conocida la influencia que nombres como Al Capone, Joe Bananas, Lucky Luciano, por mencionar algunos, tuvieron en la consolidación del crimen organizado en los Estados Unidos.
Del desarrollo de la mafia, se desprenden infinidad de historias. Muchas de ellas han sido contadas en el cine y la televisión; algunas son obras maestras: «El padrino» y «Los Soprano», por ejemplo.
En 2006, Roberto Saviano, periodista y escritor italiano, nacido en Nápoles, publicó el libro «Gomorra», en el que documenta el funcionamiento del crimen organizado de su ciudad; el relato se convirtió en éxito de ventas, y alcanzó tal resonancia que, tiempo después, la mafia condenó a una especie de «fatwa» al escritor. í‰l mismo, refiriéndose a la situación, dijo que ni siquiera era necesario que lo mataran, pues al obligarlo a vivir bajo el cuidado de guardaespaldas, lo habían encerrado en un ataúd. Se puede pensar que tales palabras buscan efecto mediático, pero habría que estar en sus zapatos para entenderlas en su justa dimensión.
A pesar de las amenazas contra Saviano, Matteo Garrone decidió hacer una película basada en el libro. Gomorra es un viaje al mundo de la camorra napolitana. Comparada con otras historias, lo que se ven en pantalla no es original, pero tiene el mérito de hacer un creíble retrato del modo en que opera el crimen organizado; muestra el Nápoles sometido, en donde sus habitantes nacen, crecen y, sobre todo, mueren inmersos en la violencia.
La cinta es cruda, pero no podría ser de otra forma, porque la sensibilidad actual lo exige, pues se vive inmerso en la violencia, más en los países latinoamericanos; en este sentido, la proximidad de los eventos es sobrecogedora.
Se trata de un filme del tipo coral, en el que cinco historias dan forma a un producto sobrio, cuya pretensión es llevar a la pantalla la cotidianidad de los protagonistas, cada uno con preocupaciones y ambiciones, todos víctimas y vencidos por el sistema que les ha tocado vivir, o sobrevivir.
El diestro manejo de la cámara crea la atmósfera apropiada, los primeros planos de los edificios que lucen abandonados, casi en ruinas, causan el efecto de desolación, más cuando la toma se adentra en ellos y descubre que adentro hay gente viviendo. Otro de sus méritos se debe a los actores, consiguen recrear convincentemente a los personajes. En contra tiene que la edición fílmica es lenta y deja algunos pasajes inconexos, por lo que sus más de dos horas de duración llegan a cansar.
«Gomorra» fue aclamada por la crítica europea; ciertamente, la cinta merece ser vista, pero no tuvo la misma acogida en América; quizá porque acá historias como ésa se ven todos los días en los noticieros y periódicos.
Calificación 8/10
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TíTULO
Gomorra
DIRECCIí“N
Matteo Garrone
REPARTO
Salvatore Abruzzese
Simone Sacchettino
Salvatore Ruocco
Vincenzo Fabricino
Vincenzo Altamura
Italo Renda
PAíS
Italia
Aí‘O
2008
DURACIí“N
137 minutos
IDIOMAS
Italiano
Mandarín
Francés