¡Devuelvan lo nuestro!


Imagen de uno de los frisos del Partenón, que han sido llevados fuera de Grecia, su lugar original. FOTO LA HORA: ARCHIVO

Los célebres frisos del Partenón y los bronces chinos vendidos el miércoles en Parí­s son ejemplos de las cada vez más numerosas demandas para la restitución de obras del patrimonio artí­stico o arqueológico, a menudo sacadas de sus paí­ses de origen hace mucho tiempo.


«Todos los dí­as hay restituciones», indica Edouard Planche, encargado de los objetos culturales en la UNESCO.

El asunto es simple cuando se trata de robos demostrados, de tráfico ilí­cito, de exportaciones ilegales y cuando esas operaciones fueron realizadas recientemente.

Una Convención de la UNESCO adoptada en 1970 estipula que el Estado concernido debe apelar al paí­s donde se encuentra el objeto y demostrar el robo. Pero la Convención sólo concierne los objetos robados después de 1970. La Convención de Unidroit, de 1995, completa la de la UNESCO.

En los casos recientes deciden los tribunales. Así­, Siria ha devuelto piezas a Irak, Francia a Burkina Faso o Dinamarca a China.

Los casos se complican cuando se trata de traslados antiguos, cuando misioneros, arqueólogos, soldados vencedores o aventureros se apropiaban de obras que hoy se exponen en grandes museos occidentales o se ponen en venta en el mercado del arte.

Glauco Seoane, segundo secretario de la embajada de Perú en Francia, señala que su paí­s ha podido obtener recientemente «restituciones significativas», pero reconoce que «hay un problema permanente» con los objetos precolombinos debido a la legislación diferente de los paí­ses cuando se trata de objetos no concernidos por las Convenciones citadas.

Pero no solamente en esos casos. Por ejemplo, Perú mantiene una controversia con la universidad norteamericana de Yale por la colección prestada a la National Geographic por Hairam Bingham, «descubridor» de Machu Pichu en 1911.

Poco después, Perú prestó esa colección, que fue inventariada el año pasado. Se trata de cerca de 50 mil piezas y fragmentos procedentes de Machu Pichu, muchos de ellos no aptos para museos y de valor exclusivamente cientí­fico.

National Geographic reconoce la propiedad peruana sobre la misma, pero no la Universidad de Yale, por lo que el Estado peruano está estudiando las modalidades de posibles acciones legales para recuperarla, precisa Seoane.

Sin duda los frisos del Partenón, reclamados por Grecia a Gran Bretaña, son el ejemplo más célebre. Los bronces reclamados por China y vendidos el miércoles por Christie»s durante la subasta de la colección Yves Saint Laurent-Pierre Bergé se agregan a la lista.

Las estatuas, dos cabezas de animales, una rata y un conejo, fueron robadadas hace cerca de 150 años en el Palacio de Verano de Pekí­n por las tropas franco-británicas. Desde entonces pasaron por las manos de diversos coleccionistas y galerí­as.

Los dos bronces salieron de China antes de 1970, señala la UNESCO en un comunidado, en el que indica además que la organización «no ha recibido solicitud oficial de China para ayudarla a recuperar los bienes en cuestión». El gobierno chino tampoco apeló al gobierno francés, y las medidas anunciadas oficialmente ayer son «represalias» contra Christie»s.

La UNESCO ha creado un comité, compuesto de 22 Estados y del que China es miembro, que favorece las negociaciones entre paí­ses para lograr la devolución de bienes culturales.

Grecia, que reclama los «mármoles de Elgin», el nombre del embajador británico que sacó los frisos de Grecia a principios del siglo XIX, negocia con Gran Bretaña a través de dicho comité.

Las negociaciones abundan y la UNESCO alienta cada vez más soluciones como el préstamo a largo plazo, el depósito, el intercambio o las indemnizaciones, señala Planche.

Otras obras son devueltas. Por ejemplo, en 2008, el museo del Vaticano e Italia devolvieron pedazos del friso del Partenón. Etiopí­a recuperó el obelisco de Axum, y una fundación privada suiza acaba de aceptar la devolución de una máscara a Tanzania.

Las negociaciones abundan y la UNESCO alienta cada vez más soluciones como el préstamo a largo plazo, el depósito, el intercambio o las indemnizaciones.