«Ya va a venir. Ya va a venir», alentaba Francisco González al puñado de vecinos que invitó a su casa a ver a Fidel Castro en el desfile militar. Pero «su comandante» no acudió a la cita.
«Â¡Ah, no, no!, niega su mujer Angelina con la cabeza. «Malo, malo, si él estuviera bien, estaría allí en primera fila». Los vecinos comienzan a dispersarse de la pequeña y modesta casa con cuatro sillas alrededor de un televisor.
«Puede aparecer todavía», dice Francisco señalando la llegada de unos vehículos Mercedes Benz negros de protocolo. «No» contradice su vecino Jorge, un contador de 67 años. «El es puntual en todo, lo mismo en un ciclón que en una fiesta».
La incógnita se despejó: Fidel Castro no reapareció como muchos cubanos esperaban en el desfile militar que conmemora el 50 aniversario del desembarco del yate Granma y el inicio de la lucha guerrillera en Sierra Maestra.
A la familia González, les sorprendió. Aunque no del todo.
«El está enfermo, se tiene que recuperar», dice Angelina. «El siempre ha cumplido, si no vino es porque los médicos no lo han dejado. El no puede abusar», añadió.
«Yo ya no pensaba que iba a venir. Ya la gente decía que iba a ir a los homenajes de Guayasamín, pero no fue», dijo la mujer originaria de Santiago de Cuba, que se mantuvo alerta toda la semana para ver si el líder cubano aparecía en alguno de los actos organizados por la Fundación Guayasamín por su 80 cumpleaños.
Para Nieves, que no fue al desfile militar por padecer asma, el hecho de que Fidel Castro no esté al frente de la ceremonia el sábado no significa nada. Al menos por ahora.
«Nada, nada. No significa nada. Hace días que vengo pensando en ello y la revolución no es un hombre; es un sistema», subraya.
Se queda pensando un momento y agrega: «Mira yo pensaba que igual iba a venir a aunque fuera un ratito». Es inquietante para «todos los cubanos», y enfatiza «para todos».
«Te voy a explicar una cosa, mi amor, aquí hasta el que no quiere a Fidel Castro, lo quiere».
El desfile aún continuaba, pero ya no tiene misterio. Afuera en las calles de La Habana Vieja todos vuelven a la normalidad de sus tareas. De cuando en cuando se agrupan y murmuran comentarios inaudibles.
En una esquina, Rolando pasea a un perro Haski Siberiano, un lujo en la isla comunista.
«En Cuba, las personas son fidelistas, no revolucionarios», aseguró el joven que compara a su presidente como un familiar, con el que vives desde hace años, pero pese a que a «no lo quieres, le tomas cariño».
No obstante, el joven, quien sólo se identificó como Rolando, consideró que la isla necesita cambios. «El futuro de Cuba depende de la muerte del presidente. Si él muere esto es para mejor o para cambiar», afirma en la calle Cuba, centro de La Habana Vieja.
Rolando no trabaja. Por eso, dice, no fue al desfile. «Yo no estaba obligado. Si no vas te botan (expulsan) del trabajo», asegura sin dejar de mirar a su alrededor.
«Aquí nadie protesta porque nadie se muere de hambre, no hay vivienda pero nadie duerme en las calles», explica.
Varios minutos antes, a pocos metros de allí, decenas de personas marchaban en la calle Paseo de Martí hacia el desfile, esperando ver a su líder con su uniforme verde olivo.
«Hoy es un día que entrará en la historia», alentaba un hombre desde un parlante, montado en el imponente Capitolio.
«Que Fidel viva varios años más», mientras saludaba a los distintos grupos que desfilaban como «los compañeros de la oficina del gobernador» o la de Asociación Portuaria caminando para acudir a la Plaza de la Revolución, a unos 5 km de allí.
Un joven exhibe orgulloso el cartel que escribió de su propio puño y letra y que reza: «Pa’ lo que ordene comandante».
«Fidel va a estar bien. Y si le pasa algo, no pasa nada. El siempre estará en nuestros corazones», exclama. «Como él nos dijo siempre ’cada uno de nosotros es nuestro comandante en jefe’».
El desfile militar en la Plaza de la Revolución en Cuba, culminó este sábado sin la presencia del líder cubano Fidel Castro, siendo su hermano Raúl quien presidió el acto.
El desfile de dos horas exactas de duración, que comenzó a las 08H00 locales (11H00 GMT), fue precedido por un discurso de Raúl Castro, quien presidió el acto junto a la plana mayor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y del Partido Comunista de Cuba (PCC).
A la revista militar asistieron asimismo el presidente de Bolivia, Evo Morales; el mandatario electo de Nicaragua, Daniel Ortega, y otras amigos de Castro, entre ellos el diputado argentino Miguel Bonasso.
Fidel Castro, de 80 años, no ha aparecido públicamente desde el 26 de julio, hace 129 días, debido a que fue sometido a una delicada cirugía que lo forzó a delegar el poder por primera vez en 48 años, y a una prolongada convalecencia.