«En Guatemala hubo genocidio»


«Las ví­ctimas de desapariciones fueron campesinos, dirigentes sociales, estudiantes, catedráticos, dirigentes polí­ticos…»

Informe de la CEH «Guatemala, Memoria del Silencio»

Finalmente y a medias, las autoridades del Ejército entregaron a los tribunales de justicia dos de los cuatro documentos que habí­a exigido el Gobierno y que detallan las estrategias contrainsurgentes que implementó la institución castrense durante el conflicto armado interno.

Ricardo Marroquí­n
rmarroquin@lahora.com.gt

Mientras en la Plaza de la Constitución el presidente ílvaro Colom reconocí­a que «en Guatemala hubo genocidio», el Ministro de la Defensa excusaba que sólo entregaba dos de los documentos requeridos porque de los otros dos no conocí­a de su existencia hasta ahora que es titular de la cartera.

Es de suma importancia el esfuerzo que ha realizado el Gobierno por el rescate de la Memoria Histórica a través del despliegue publicitario y de la divulgación sobre algunos acontecimientos del pasado, como la Revolución de Octubre y los asesinatos de Oliverio Castañeda de León y de Juan Alberto Fuentes Mohr.

Sin embargo, el rescate de la Memoria Histórica no puede reducirse a meros actos protocolarios en donde sólo queda lamentarse y pedir perdón. Es imprescindible esclarecer los hechos del pasado y las responsabilidades por las violaciones a los derechos humanos.

El papel del mandatario es fundamental, pues como Comandante General del Ejército tiene la posibilidad de poner a la luz pública todos los documentos y pruebas que existan sobre la responsabilidad de los altos mandos militares en las masacres, asesinatos, torturas y desapariciones cometidas en contra de la población civil. Por favor, que no sigan con el cuento del secreto militar por cuestión de seguridad nacional.

La organización Amnistí­a Internacional solicitó al paí­s la aprobación de una ley que permita la búsqueda y ubicación de los desaparecidos durante el conflicto armado interno, una recomendación que también formuló la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH) en el informe que presentó hace diez años.

Contrario a lo que muchos aseguran, la reconciliación no viene de la amnesia sino del reconocimiento de la verdad. En otros paí­ses sudamericanos que también comparten una historia de violencia militar en contra de la población civil tan fuerte como la guatemalteca, se ha logrado procesar a los represores y violadores de los derechos humanos que suelen protegerse en la ancianidad.

No se trata de olvidar ni de perdonar porque sí­. Más de 200 mil personas fueron asesinadas durante los 36 años del conflicto, y otras 50 mil más fueron desaparecidas. De acuerdo con el informe de la CEH «Guatemala, Memoria del Silencio», el 93 por ciento de estos crí­menes fueron responsabilidad del Estado a través del Ejército. Construyamos la paz, está bien, pero sin justicia no lo podemos lograr.