Benjamin Netanyahu, primer ministro electo de Israel, mantenía hoy consultas para formar un gobierno de «halcones», integrado básicamente de formaciones de derecha.
Estas consultas tienen como objetivo establecer las líneas generales del futuro gobierno, que muy probablemente estará dirigido por Netanyahu, y decidir la distribución de carteras.
El gabinete se apoyaría en los 65 diputados, de un total de 120 en el parlamento, de los partidos de derecha, extrema derecha y religiosos, pese a que una mayoría de israelíes (52%) es favorable a una coalición gubernamental amplia, según un sondeo realizado por la universidad de Tel Aviv.
La delegación del Likud, partido de Netanyahu, se reunirá hoy con representantes del partido de la extrema derecha laica, el Israel Beitenu, que cuenta con 15 diputados y es la tercera formación del parlamento, informaron fuentes parlamentarias.
La comitiva se entrevistará también con los dos partidos ultraortodoxos, el Shas (11 diputados) y la Lista Unificada de la Tora (5).
El líder del Israel Beitenu, Avidgor Lieberman, postula por uno de los dos ministerios clave: Relaciones Exteriores o Tesoro.
«Me he reunido con numerosos ministros de Relaciones Exteriores. Es verdad que no están habituados a mi estilo, pero a fin de cuentas todo el país estará contento de mi designación como canciller», declaró Lieberman al diario Yediot Aharonot.
Este político populista, no obstante, ha levantado polvaredas con sus posturas poco diplomáticas.
Lieberman, originario de la ex URSS, que está dispuesto a expulsar a los árabes israelíes que no presten un juramento de fidelidad al Estado hebreo, ha preconizado que Israel bombardee las instalaciones nucleares en Irán y, en caso de conflicto con Egipto, destruir la presa de Assuan, en el Nilo.
Durante la última ofensiva israelí contra la franja de Gaza, Lieberman estimó que el Estado hebreo debía combatir a Hamas de la misma forma que lo hicieron los estadounidenses con los japoneses en la Segunda Guerra Mundial.
También expresó su deseo de «enviar al diablo» al presidente egipcio, Hosni Mubarak.
Un dirigente del Likud estimó bajo el anonimato «poco probable» su nombramiento a un puesto como la cancillería.
En revancha, no excluyó su designación al frente del Tesoro, pese a que el líder de la extrema derecha es objeto de una investigación policial por corrupción y blanqueo de dinero.
Estas consultas se llevan a cabo después de que el Kadima (centro-derecha, 28 diputados), dirigido por la canciller saliente, Tzipi Livni, rechazara participar en un gobierno de unión nacional.
Netanyahu no ha logrado convencer a Livni sobre la cuestión de la paz con los palestinos. El Likud se opone a la creación de un Estado palestino, algo que defiende el Kadima.
No obstante, Livni no ha cerrado del todo la puerta y aceptó entrevistarse con Netanyahu el próximo viernes.
El líder del Likud (27 escaños) fue encargado por el presidente Shimon Peres de formar gobierno, como muy tarde el 3 de abril, para presentarlo al parlamento.