Las remesas que en el año 2008 ascendieron a US$ 4,393 millones 549 mil 794 (según la Encuesta sobre remesas 2008 de la Organización Internacional para los Migrantes -OIM-) son aún mayores cuando se les agrega las no registradas. Al comparar éstas con la totalidad de las exportaciones de Guatemala, que ascendieron en el año 2008 a US$7,764 millones 940 mil 700, según datos del Banco de Guatemala, las remesas son más del 56% de la totalidad de las exportaciones.

 

Si comparamos las remesas con las exportaciones a los Estados Unidos, las que en el año 2008 ascendieron a US$3,041 millones 168 mil 500, se evidencia que todo lo que exportamos a ese paí­s, que es nuestro principal mercado de exportación, es inferior en US$1,352 millones 381 mil 294 con respecto a las remesas registradas.

 

Señala también la encuesta de OIM que un millón 313 mil 931 guatemaltecos están residiendo en los Estados Unidos, cifra que si la comparamos con el último dato disponible en la página Web del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, IGSS, correspondiente al año 2006, que indica que el estimado de trabajadores afiliados cotizantes a nivel nacional es de 1 millón 26 mil 405, los trabajadores activos en el paí­s son menos que las personas residentes en los Estados Unidos en casi un cuarto de millón.

 

Aún así­, el gobierno de la República no se ha percatado de la enorme trascendencia social, económica y polí­tica que tienen los migrantes que sostienen con sus remesas a cuatro millones 172 mil 987 personas; integran esta cifra más de dos millones de hijos, un millón 400 mil esposas y el resto son padres, madres, hermanos y demás parientes.

 

Por ello, los guatemaltecos y guatemaltecas allende nuestra fronteras son el principal combate a la pobreza y extrema pobreza, es tan grande su importancia que no puede postergarse más la creación de una secretaria en la presidencia dedicada exclusivamente a atender este enorme número de guatemaltecos del que como ya indiqué dependen, sumados los unos con los otros, cinco millones y medio de chapines, lo que representa en números redondos el 44% de la población guatemalteca.

 

Esta secretarí­a obviamente deberá trabajar conjuntamente con el Ministerio de Relaciones Exteriores, quien tiene la infraestructura diplomática y consular, pero en ningún caso delegar este importantí­simo número de guatemaltecos, como lo hizo el gobierno anterior, en un viceministerio de Relaciones Exteriores, porque obviamente no se obtuvo mayores resultados.

 

No atender, no visualizar lo que significan las remesas y más importante aún los seres humanos residiendo en Guatemala y las personas que honradamente y con grandes sacrificios trabajan en el exterior, serí­a catastrófico. El tiempo transcurrido sin atender este problema ya ha sido demasiado, pero no es nada comparado con la urgencia y los esfuerzos que el gobierno y todos los guatemaltecos debemos dedicar a apoyar a los migrantes y a sus familias.