El sector de taxistas se queja de vivir en carne propia la recesión económica, al punto que algunos han querido quitarse la vida.
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Alberto Rivas, uno de los 10 mil taxistas que operan en el departamento de Guatemala (30 mil son de la ciudad), cuenta desesperadamente que no logra llegar a la cuota diaria que le fijan sus patronos.
Explica que los dueños de los taxis le piden que reúna Q 200.00 diarios, aparte debe contar con Q 120.00 diarios para gasto de gasolina y con esto todavía no se cuenta con sus honorarios.
Según indica el entrevistado, la situación se ha puesto crítica desde enero, calificándola como «desesperante».
Otro de los problemas, dice que ellos extienden facturas (del régimen trimestral del 5%) a los clientes y deben tributar esos ingresos, pero cuando les entregan el dinero a los propietarios de los taxis, no les dan factura por servicios.
Por ello, los taxistas hacen un llamado al Ministerio de Trabajo y al Organismo Legislativo pues no cuentan con un reglamento que controle su labor, para que también se les otorgue un salario base e incorporarlos al seguro social, para poder aspirar a una jubilación.
Asimismo, piden a Emetra que se encarguen de regular el control de los vehículos utilizados para servicio de taxi, así como de ubicar un punto específico que sirva de terminal de taxis.
Rivas comenta que algunos de sus compañeros han querido quitarse la vida, uno de ellos el pasado 12 de este mes quiso suicidarse queriéndose tirar al vacío desde el puente Incienso. Otros, dice, optan por involucrarse en negocios ilícitos.
El taxista hace un llamado también a los propietarios de los vehículos, pero dice que no han recibido respuesta.
Rivas explica que entre los taxistas hay muchos que poseen estudios universitarios, pero no han logrado incorporarse a otro empleo relacionado con su carrera.