Puedo, sin dificultad, imaginarme a unos universitarios reunidos en un Congreso Latinoamericano en una capital como Santiago o Lima o México y que comentan la visita de nuestro presidente Colom a La Habana para tratar de darle un collar a Fidel.
Ya imagino a los universitarios, los compañeros universitarios chapines a quienes no les queda otra sino esconder la cara. Una vergí¼enza que se agravaba al no poder encontrar razones que en algo justificaran ese humillante gesto de parte de Fidel, gesto con el que humilló no solamente a ílvaro Colom sino a toda Guatemala.
¿Qué es lo que a ílvaro Colom no le permite medir las consecuencias de sus acciones? Estoy seguro que nuestro Presidente debe haber montado en cólera en contra de Fidel por el malcriado, pero muy justificado desprecio de que había sido víctima.
También me imagino la tentación que sentirá el presidente Colom de protestar enérgicamente ante el Embajador de Cuba en Guatemala, esperando que éste haga llegar a Fidel su dolida decepción después de esa degradante humillación. ¡¡Ya me imagino la respuesta del guajiro!!
También me imagino dentro de algún tiempo cuando se celebre alguna reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) y ílvaro sienta vergí¼enza ante todos los embajadores latinoamericanos que le mirarán de reojo.
Yo, como guatemalteco, siento vergí¼enza, y además, la impulsiva y la muy lógicamente explicable cólera por tener un presidente capaz de permitir que le falten al respeto.
Desafortunadamente d. ílvaro no tiene excusa. Metió las patas hasta adentro, y de ello debe estar arrepentido. Ahora estará buscando el consabido consuelo con doña Sandra pero, dudo que lo encuentre.
Creo que se le habrá ocurrido llamar al Chávez y a Evo Morales, y a Lula Da Silva para talvez encontrar algunas palabras que le conforten, pero, dudo que se las ofrezcan. Seguirá sintiéndose cucaracha.
¿¡¡Cómo es posible que uno, chapín, llegue ahora a sentir vergí¼enza de ser guatemalteco!!?
Por eso precisa que se eleven, ahora mismo, multitudinarias voces de protesta, aun de parte de aquellos que incondicionalmente enaltecen a Castro, pero que, ahora, también sufren ese su humillante y denigrante desprecio para los guatemaltecos.
Nuevamente me imagino a Fidel diciéndole a su hermano Raúl que le ofrecía el collar, ¿¡¡para qué quiero yo esa mierda!!??
Si acaso ílvaro Colom decidiera renunciar le tocaría al vicepresidente Espada. Vale la pena preguntarle a Rafa qué ha pensado de ese triste acontecer.
Yo, indignado guatemalteco, no logro explicarme cómo fue que al presidente ílvaro se le ocurrió semejante tontería. Urge que ofrezca las explicaciones del caso. Ahora sí procede que pida perdón al pueblo de Guatemala.