La nevada capital canadiense recibe hoy a Barack Obama en su primer viaje internacional, una breve visita que estará dominada por los temas económicos y ambientales, y que puede decepcionar a quienes esperan ver al presidente estadounidense.
A pesar de que no durará más que unas pocas horas, la visita provoca una gran efervescencia en Canadá, encantado de ser el primer país en recibir al nuevo presidente fuera de fronteras.
Si a fines de 2004 se reunieron miles de personas para protestar contra George W. Bush, esta vez serán miles los que esperan ver a Obama. Pero a causa de las medidas de seguridad, sus posibilidades de ver algo más que la limusina presidencial son mínimas.
El encuentro entre el presidente Obama y el primer ministro canadiense, Stephen Harper, «se concentrará en la recuperación económica y la creación de empleos», indicó el portavoz del primer ministro canadiense.
Medio ambiente, energía y Afganistán también figurarán en la agenda de la visita.
Ottawa espera cooperar con la nueva administración estadounidense en el ámbito del medio ambiente y la energía. No se espera ningún acuerdo en esos terrenos, pero según el diario The Globe and Mail, ambos líderes decidirían formar grupos de trabajo exploratorios.
En lo que atañe a Afganistán, Obama ya señaló que no presionaría a Canadá para que rectifique su decisión de repatriar en 2011 sus cerca de 2.700 soldados desplegados en ese país, pero le pedirá apoyo para su «estrategia de conjunto», que pasa también por la ayuda al desarrollo.