Con dos nominaciones al Oscar en su haber y una carrera entre los grandes del cine internacional, la española Penélope Cruz vuelve a jugarse la suerte por la estatuilla dorada que la ha considerado cada vez que actúa en español.
«Cuando Penélope se enojaba en español no entendía nada pero sonaba tan y tan bien que sabía que estaba perfecto», bromeó el propio Woody Allen en agosto pasado cuando promocionó en Los íngeles su película «Vicky Cristina Barcelona», la obra que le dio la segunda nominación al Oscar a la actriz española.
Para Cruz, de 34 años, «era un desafío mayor construir ese personaje bilingí¼e que es María Elena» y admitió como muchas otras veces que, aún con una sólida carrera en el cine anglosajón, siempre se siente más cómoda en su lengua.
Empezó con el pie derecho su salto a la fama cuando protagonizó en los 80 el vídeo «La fuerza del destino» del grupo Mecano, con uno de cuyos miembros, Nacho, mantuvo una relación; poco tiempo después llegaría la gloria con «Jamón, Jamón», su primer protagónico con Javier Bardem, pareja en «Vicky Cristina Barcelona».
Cuando a mediados de la década de los 90 se anima a probar suerte en Estados Unidos, su crédito figuró en películas aplastadas por la crítica especializada o a veces nada impresionada con la comediante española, como en «Vanilla sky», «Sahara», «Woman on top» o «Bandidas», esta última al lado de su mejor amiga, la mexicana Salma Hayek.
Sin embargo, el Oscar ha estado cerca de ella cada vez que se destacó en una obra en español, primero en 1993 cuando integró el elenco de la cinta de época «Belle Epoque» de Fernando Trueba que se alzó con la estatuilla a Mejor Película Extranjera al año siguiente.
Luego en 2006 llegó su gran momento al ser nominada por el papel de Raimunda en «Volver», de su amigo el director manchego Pedro Almódovar, y ahora vuelve a repetir la hazaña para pelear el Oscar a Mejor Actriz Secundaria por la cinta de Allen.
El papel de la atormentada artista «María Elena» le dio el premio de la crítica de Nueva York, el Goya en su país y el Bafta británico; sin embargo, no pudo vencer a su gran contrincante esta temporada, Kate Winslet, quien en la premiación del Sindicato de Actores estadounidense (SAG) el mes pasado se llevó el premio al que aspiraba la española.
Si bien los galardones del SAG son considerados un indicador clave al Oscar, dado que un gran número de sus miembros son electores de la Academia de las Ciencias y Artes Cinematográficas que entrega los Oscar, Cruz no competirá con Winslet en la misma categoría el próximo 22 de febrero.
Según los medios españoles, las posibilidades de Cruz se han incrementado por el hecho de que no estará en este apartado la actriz británica.
«Es fantástico. Estoy muy contento por su segunda nominación. Espero que gane», dijo a la prensa en Madrid Tom Cruise, de 46 años, que desde el rodaje de «Vanilla Sky» en 2001 sostuvo un noviazgo con Cruz hasta 2004.
El próximo domingo en la gala anual en el teatro Kodak de Hollywood, Penélope Cruz tendrá como rivales a Viola Davis («Dudas»), Marisa Tomei («The Wrestler»), Amy Adams («Dudas») y Taraji P. Henson («La extraña historia de Benjamin Button»).
En la única declaración oficial tras su nominación al Oscar, esta comediante que apenas concede entrevistas a los medios dijo que «esta nominación es un honor y significa mucho para mí. Siento un infinito agradecimiento para la Academia, hacia Woody Allen por darme esta oportunidad».
«Me llena de alegría todo el ánimo y las felicitaciones que estoy recibiendo, sobre todo las de España… Ojalá me lo pueda traer a casa», añadió la actriz que de alzarse con la estatuilla la recibiría de manos del ganador a Mejor Actor del año pasado, Javier Bardem, según reza el protocolo de la Academia.