Desde la cima de sus carreras Mickey Rourke y Robert Downey Jr. cayeron a un pozo por adicciones o elecciones profesionales erradas, pero el próximo domingo protagonizarán su mejor papel: el regreso a Hollywood como nominados al Oscar.
Mickey Rourke, de 56 años, logró una postulación en la categoría «Mejor actor principal» en la 81 ceremonia de los Oscar por su papel de Randy «The Ram» Robinson, un luchador que se niega al retiro en «The Wrestler», una cinta de Darren Aronofski percibida como una analogía de su propio destino.
«Mickey Rourke es muy fuerte en la competencia porque hay un aspecto «Rocky», alguien que cayó en desgracia y volvió», algo que suele apreciar la Academia, dijo Larry Gross, profesor de comunicación de la Universidad del Sur de California.
Por su parte, Robert Downey junior compite en la categoría «Mejor actor secundario» por la comedia «Tropic Thunder», en la cual interpreta al actor sin convicciones Kirk Lazarus, que persigue con dramatismo un Oscar en su carrera.
«Es suficientemente irónico que haga el papel de un tipo obsesionado con los Oscar», comentó el actor de 43 años, que estuvo nominado en 1993 por «Chaplin», y luego cayó en un pozo de adicción que lo mantuvo en idas y venidas con el cine durante 10 años.
Su toxicomanía y crisis de violencia le valieron varias internaciones por rehabilitación e incluso un período en la cárcel.
Mickey Rourke también sufrió un revés cuando estaba en la cresta de la ola en Hollywood debido a sus excesos y una pasión por el boxeo que le desfiguró el rostro.
Comparado con Marlon Brando gracias a «Rusty James», actuó en «El año del dragón», «Angel Heart», «Barfly», y se convirtió en objeto sexual en los años 80 gracias a la película «Nueve semanas y media».
Pero en 1991 reanudó su carrera de boxeador que había abandonado en los años 70 bajo el seudónimo de «El Marielito».
A principios de 2000 tanto Rourke como Downey eran considerados como casos perdidos, rechazados por los productores y las compañías aseguradoras.
«Intenté luchar contra el sistema y fue el sistema el que me rompió la cara», comentó Rourke en enero después de que «The Wrestler» le dió su primer gran premio de la temporada, un Globo de Oro.
Antes de este papel ya había empezado a despegar su carrera con «Sin City» en 2005, aunque confesaba que desde hacía 15 años aceptaba papeles «en películas que le avergonzaban».
Un acto de mea culpa similar hizo Downey, pero cargado de más humor que drama, cuando en los Oscar de 2007 dijo: «Los efectos especiales nos permiten ver extraterrestres, experimentar otros universos, movernos o detenernos, o ver arañas sobre las ciudades. Podría decirse una de mis noches a mediados de los años 90».
Los dos actores contaron con el apoyo de amigos para volver a Hollywood. Downey se benefició particularmente del impulso de Mel Gibson, con quien compartió cartel en «Air America» en 1990.
Una de esas historias «con una caída desde bien alto, es apasionante» para el público, dijo Robert Thompson, profesor de medios audiovisuales en la Universidad de Syracuse (este).
«Alguien que fue una gran estrella, que nos encanta ver, y que se quebró, es también parte de lo que queremos ver, seamos honestos, ahora que vuelve, son personajes que conocemos (…) y que encontramos interesantes», explicó.