Tenía razón Cardoza: el Futuro es ayer. El futuro está en el pasado y es necesario renovar nuestras ilusiones y promesas. La máquina que exaltó Marinetti sólo nos trajo muerte. El avión al cual le cantaba, ya cayó; yo lo vi acuatizar ayer sobre el río Hudson o chocar, irremediablemente, contra edificios gemelos.
Por ello, antes de revisar un futuro ilusorio, lleno de maravillas imposibles, necesitamos retornar a nosotros mismos, a nuestro básico ser. Rechazamos, pues, toda vida futura, todo posmodernismo, sin antes entender a los clásicos. Eso sí, prometemos destazar hasta la última última vaca sagrada, y, pretendemos que de alguna salga una buena vícera o cuero para redactar un poema útil o bello. Lo demás, lo echaré a los perros. Revisaremos nuestra historia, con una visión incluyente de nuestra diversidad, y después: AL FUTURO. La literatura «nomade» será, irremediablemente, nuestro destino.
Rechazamos, también, toda clase de injerencia politiquera dentro de la literatura. Bienvenida la política, porque es nuestro instrumento para sentirnos en armonía con nuestra sociedad. Creemos en una sociedad abierta a las más diversas expresiones muticulturales y multigénero, y a obras provenientes de cualquier tendencia religiosa o ideológica, siempre y cuando no tengan como fin la imposición de dogmas o la legitimación de la intolerancia.
Porque la enemistad, es la peor enemiga del ser humano. Tenía razón Borges: no tengas enemigos, serás su esclavo.
En consecuencia, necesitamos renovar nuestro compromiso armonioso con nuestro entorno. El «Popol Vuh» es el relato de «cómo salimos del país de la sombra, para ver la luz y la vida». Narrar ese recorrido es la única poesía posible. Seremos guardianes de nuestra memoria colectiva y del pasado, rescatándola de la sombra. No habrá más secretos en manos de pocos. Libraremos a la belleza de las máscaras morales.
Provocar es nuestra misión. Inquietaremos la mente. Sabemos que el cerebro es un mundo en sí, inexplorado, dormido y es por eso que iremos por su reconquista, lo salvaremos del entretenimiento, del letargo, lo sacaremos del shock.
Cuestionaremos a esta sociedad aburrida de no pensar, donde la realidad es ficción, las elecciones son distracciones, las democracias, farsas. Tampoco, justificaré aberraciones, de cualquier tipo, diciendo: «deben ser analizadas en su contexto». Jamás creeremos en las buenas intenciones de los responsables de que este rincón del mundo siga siendo un bastión de la esclavitud. Tampoco compartiré su vino y viandas.
La literatura es, hoy día, un negocio; quizá no el mejor, ni siquiera uno bueno, pero sí un negocio. Y en nombre del oro se han cometido las peores injusticias contra las letras. Por ello, no tenemos por qué soportar a los perversos mercachifles con disfraz de intelectuales, artistas, personas honorables, etc; aún a riesgo de perder valiosa publicidad. Queremos alabar los nuevos conceptos de editoriales, librerías sophisticadas y presentación de libros en todas las zonas más o menos vivas del país o cuatro grados al Norte.
Nos comprometemos a: no encasillarnos dentro de la «otredad» para destacar en el extranjero; no usaremos el término «alteridad» si no sabemos qué significa; recordaremos permanentemente que ser el más leído, no significa, necesariamente, ser el mejor. Y en Guatemala, puede ser hasta todo lo contrario. Por eso, dejaremos de ocuparnos en comprender el mundo, el mercado, el sistema desde los libros, la cátedra, la prédica, la imagen y la tecnología.
Con una arquitectura participativa, colectiva, acción constante y dirección crearemos juntos este nuevo mundo. El disenso y la insolencia son cinceles para crear nuevas formas, para conocer, para descubrir y reorientar el rumbo.
Nos complacemos en el intercambio de fluidos literarios, ya sea por medio de blogs, revistas o encuentros digitales o análogos. Creemos en las posibilidades que proveen los diversos espacios literarios virtuales, por más Mínimos que éstos sean.
Queremos cantar al amor [virtual] libre y soberano, sin cuestionar su veracidad o su validez intercontextual. Desde la virtualidad, nos comprometemos puntualmente a utilizar la plataforma de los blogs como caballos de batalla; en nuestro blog, con la misma calidad y esmero como si fuese para un concurso de literatura o un libro impreso; además, no usaremos Google Adsense para ganarnos unos centavitos con el blog, y a pu
Algunos de nosotros nos comprometemos puntualmente a: renunciar a ver la paja en el ojo ajeno, y me ocuparnos de la extracción de la viga que incomoda el final de mi región intestinal; no echar de cabeza a todos los literatos diciendo que fue Bohemia Suburbana quien marcó un antes y un después en la literatura actual; no molestarnos con Eduardo Halfon porque él se venda mejor que yo, y -hablando de Halfon-: rechazaremos tajantemente cualquier comentario que se haga en contra de que su columna cultural de los miércoles aparezca en plena sección de opinion, ya que la literatura debe estar donde se necesita. También, no le diremos resentido al «Bolo» Flores; no diremos que los temas de la guerra «son aburridos», sino mantendremos cierto respeto por sus víctimas; evaluaremos si realmente hay talento para las letras; mencionaremos a Miguel íngel Asturias, si y solo sí, realmente hemos leído un libro suyo; no juzgaremos a Maurice Echeverría como actor, hasta que logremos comprender que no es lo mismo actuar que escribir, y recordaremos que Rigoberta Menchú es Premio Nobel de la Paz y no de literatura (óbviese este último párrafo para la posteridad posterior).
Por ello, sólo la ficción, que parte desde nuestra realidad, nos salvará. Incluso, escribiré literatura «pajera», si éste fuera mi estilo de vida. Dejaremos de crer que el artista y el intelectual son seres cuasi celestiales, que habitan un universo paralelo, así como no creernos cuasi arcángeles. Tenía razón Calderón de la Barca: la vida es sueño. Pues toda escritura es el recuerdo de un texto que todavía no conocemos.
Es desde el Facebook y el Blogspot donde inició esta acción liberadora y lúcida, con la cual revisamos hoy el «Futurismo» de ayer, porque es necesario renovar las promesas de desarrollo y de maravillas futuras, y queremos liberar a este país de su fétida gangrena de críticos literarios, lectores que no leen, escritores criollista, mercachinfles, perpetuadores de museos imposibles, descubridores del agua azucarada, de cicerones y de anticuarios.
Ya durante demasiado tiempo Guatemala ha sido cubierta por telarañas. Nosotros queremos liberarla de los innumerables museos que la cubren toda de cementerios clandestinos innumerables.
Alan Mills, AXVI, E. Cárdenas, EDS, Ixmucané, Johan Bush Walls, Mario Cordero, Renata ívila, Roberto Antonio Wagner y otras firmas anónimas.