Licenciado
Oscar Clemente Marroquín Godoy
He leído con justa indignación su artículo titulado «Una infamia de Danilo Parinello», publicado el sábado 18 en la sección Editorial de La Hora, en el cual usted me acusa gratuitamente de tener «ligereza e incapacidad de análisis» porque, supuestamente, en una reunión de ex dignatarios de la Nación, me referí al ataque que sufrió su hijo José Carlos el viernes 17 por la mañana. Y en forma irresponsable, indigna en un abogado que dirige un medio de comunicación, agrega que califiqué ese hecho como «una payasada montada para recolectar dinero para la campaña» del candidato presidencial del partido Unión (sic) Nacional de la Esperanza (UNE).
Le aclaro que es falso que yo haya expresado alguna opinión al respecto. En ningún momento se habló de este tema. Puede estar seguro de que si tuviese algo que decir de su hijo, o de cualquier otra persona, lo haría francamente y de frente, nunca por la espalda. Los honorables dignatarios con quienes estuvimos reunidos me han autorizado para usar sus nombres para desmentir lo que usted ha afirmado con tanta ligereza. Estos dignatarios son: Milton Aguirre, René Barrios, Rudy Fuentes Sandoval, Juan César García, Alfredo García Siekavizza, Jorge René González, Fernando Linares Beltranena, Camilo Rodas A., Jorge Reyna Castillo, Juan Salguero Cámbara, Edgar López Straub, Julio Lowenthal, Carlos Molina Mencos, Guillermo Pellecer Robles, Rafael Téllez García y Telésforo Guerra Cahn. Todos están dispuestos a atestiguar en público o en privado lo que le aclaro.
En cuanto a la mala opinión que usted dice que tiene de mí, sólo le respondo que me tiene sin cuidado. No voy a caer en la tentación de expresar en esta oportunidad la opinión que usted me merece. Sin embargo, rechazo categóricamente su irresponsable imputación al afirmar que mi «mayor mérito es haberse armado comprando las patrullas Lada en tiempos de Ramiro De León Carpio». Sobre este particular, en la página 6 del diario Prensa Libre del sábado 17 de mayo de 1997, salió publicada la exculpación pública que me hizo ese ex Presidente de la República después de haber hecho una meticulosa investigación sobre esa negociación. En la misma nota hay una fotografía en la que le estoy haciendo entrega de los finiquitos que me extendió la Contraloría General de Cuentas por mi gestión como Ministro de Gobernación y un informe final del Ministerio Público en el que desestima la denuncia que hizo en mi contra un sindicalista. Es lamentable que la libre emisión del pensamiento sea usada para difamar impunemente a otras personas sólo porque se tiene a la disposición un medio de comunicación y, como ha sido de sobra comprobado, los juicios de imprenta por difamación y calumnia no conducen a nada y son interminables.
Para terminar, mi apellido es Parrinello, no Parinello.