Energí­a espacial


Energí­a. Astrónomos anunciaron su descubrimiento de un haz de energí­a que provení­a del espacio exterior.

Un equipo de astrónomos europeos anunció el descubrimiento de un haz de altí­sima energí­a llegado del espacio, que recorre nuestro planeta con la regularidad de un faro, pero con una intensidad cien mil veces mayor que el más poderoso observado hasta ahora.


Esta radiación gamma es emitida por un sistema binario, llamado LS 5039, formado por una estrella masiva, 20 veces el tamaño de nuestro Sol y de un acompañante muy compacto, que podrí­a ser un agujero negro o una estrella de neutrones.

Desde los años 60 se conoce la existencia de señales moduladas provenientes del fondo del Universo: durante un tiempo, éstas habí­an hecho creer en una tentativa de comunicación por parte de hipotéticos extraterrestres.

Esta señal es emitida generalmente por una estrella minúscula que gira muy rápidamente sobre sí­ misma: el púlsar. Este objeto celeste emite flujos de partí­culas electromagnéticas desde sus polos. Como la estrella gira sobre sí­ misma, este haz de energí­a recorre el espacio como el haz de un girofaro y puede ser captado desde la Tierra con una frecuencia regular.

De los mil púlsar registrados hasta ahora, unos 10 emiten en la banda de los rayos gamma, los más energéticos, explicó a la AFP Guillaume Dubus, del laboratorio de astrofí­sica del Observatorio de Grenoble. Pero ninguna se parece a la radiación LS 5039.

La modulación de la señal de los púlsar está comprendida entre algunos segundos y algunos milisegundos. Por el contrario, la de la señal emitida por LS 5039 es de 3,9 dí­as. La energí­a producida así­ es inédita y los cientí­ficos están aún al nivel de hipótesis para explicar su origen.

LS 5039 es en sí­ mismo un conjunto bastante excepcional, pues el agujero negro (o la estrella de neutrones) da vueltas en torno a su acompañante a una distancia que no supera un quinto o dos quintos de la distancia entre la Tierra y el Sol.

Para el docto Dubus, «la luz gamma emitida por el objeto compacto podrí­a ser absorbida por la luz de su acompañante», como la luz de una linterna en la niebla.

Vista desde la Tierra, la radiación gamma da así­ la impresión de alumbrar y apagarse con una asombrosa regularidad, correspondiente a las fases en que el cuerpo más compacto se encuentra «detrás» de su imponente acompañante.

Este descubrimiento, que es objeto de una publicación en el último número de Astronomy and Astrophysics, fue posible por el observatorio HESS (High Energy Stereoscopic System), instalado en Namibia. Fruto de una iniciativa franco-alemana, este gran instrumento permitió a la investigación europea un importante avance sobre los norteamericanos en el terreno de la astrofí­sica de las altas energí­as.

Los cuatro telescopios de HESS escrutan el cielo para detectar los haces de luz azulada emitidos cuando partí­culas de muy alta energí­a van a estrellarse contra las capas superiores de la atmósfera.

Al analizarlos, se pueden reconstituir mapas del cielo visto con energí­as 100.000 millones de veces más elevadas que la luz visible. Hess permitió descubrir más de 40 fuentes de radiación de alta energí­a, mientras que sólo se conocí­an una diez de ellas antes de su puesta en servicio.

La ciencia europea pudo darse el lujo de otro éxito en este sector, con la grabación de una serie de radiaciones gamma, el 17 de septiembre, con el satélite Integral de la Agencia Espacial Europea. Este fenómeno, entre los más violentos que conoce el Universo, podrí­a señalar la presencia de un agujero negro que está destrozando una estrella vecina.