A la luz directa de la precocidad, parte el caso, notorio sobremanera. Viene veloz a ser una conclusión manifiesta de la sexualidad temprana, no cabe la menor duda. Es a la vez, resultante evidente de la estimulación del mismo orden, poseedora de una potencialidad enorme y puntual, en el ambiente maratónico.
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Abarca ambos géneros, como puede percibirse fácilmente en el entorno, que marcha ahora subido al carro de impulsos ostensibles epocales. Su inicio implica a la preadolescencia y adolescencia. Mucho más redobla y tiene resonancia, en la juventud explosiva, cuya sumatoria es capaz de adelantar el reloj biológico.
Estos cambios axiomáticos obedecen directamente a las características marcadoras e impulsivas, además una tras otra de las generaciones actuales, en resumidas cuentas, aceleradas en gran medida, saturan el panorama hoy en día, entre expectativas, cavilaciones y tronar de dedos de padres de familia sorprendidos.
Tempranero en el amplio sentido del término, por cuanto rebasa la línea conformada por patrones sociales anteriores resulta el asunto aludido, razón de sobra para que signifique demasiada extrañeza, o bien show trascendente protagonizado a tambor batiente en el escenario de pantalla gigante del momento crítico.
La precocidad genera por lo tanto, reitero, entre bambalinas el asombro pertinente de los propios padres de familia, frente a un prematuro despertar hormonal de sus hijas. Base y certeza del adelanto en materia fisiológica, cuyos frutos por demás controversiales significan una mayor problemática social.
Lo anterior viene a cuento por los embarazos prematuros, muy en boga en el presente, resultante también de costumbres nuevas, colmadas de complicaciones en el hogar. Las chicas ya no gozan de su nivel vital, merced por supuesto a su condición de madres solteras, menores de edad, vale decir, en plena competencia.
El precedente está a la vista pública, por cuanto ajenas al qué dirán antañón, tienen actuaciones de alta tensión. Besos, abrazos tórridos y sobijeos, conforman sus actitudes y en consecuencia son práctica usual dondequiera. Transformaciones de conducta a un ritmo increíble llevan a cabo.
Ello constituye un rompimiento seguro de antiguas esquemas relativos al ahora temprano despertar de Eros. Queda a la historia, en ese orden de ideas el recato, pudor y sobretodo la privacidad, de la que tanto otrora fue preocupación excesiva, digna de reguardar bajo siete llaves y restantes cuidados.
En opinión de muchos esto deviene de diversas causas, mero aluvión imparable, pese a oposiciones bien sostenidas. Sean de tipo foráneo, o propio. El cine de mala calidad, junto a la televisión nociva, como la fuerza imponderable del Internet, verdadera ventana al mundo, ponen su cuota y cooperan demasiado en contra.
Padrastros verracos que abusan de las hijastras, debido a la promiscuidad imperante. Peor aun, los propios padres degenerados cometen también abusos y violaciones sexuales, debido a ser alcohólicos y además, carentes de valores humanos, en contra de sus hijas. Qué cuadros de impudicia y corrupción.
A la luz del proceso evolutivo, junto al reproductivo en escala trastocada, hoy a menudo existe sexualidad temprana que lesiona los basamentos de la sociedad. Inclusive afecta muchísimo el natural ciclo biológico que debe normar a las familias y por ende a la sociedad agobiada de problemática aguda.