Bendita problemática


Yo anhelaba la llegada de la primavera a mi existencia; así­, el invierno de la soledad que tanto me agobiaba, se alejarí­a para siempre…

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

Pero, el frí­o invernal se prolongó indefinidamente.

Yo ansiaba que la radiante aurora despuntara en mi corazón, así­, la larga noche de mi sufrimiento terminarí­a definitivamente…

Pero, la terrible oscuridad se hizo más aterradora.

Yo oraba porque la paz residiera dentro de mi alma; así­, la espantosa tormenta de la enfermedad desaparecerí­a permanentemente…

Pero, el vendaval multiplicó su mortal furia.

Justo entonces, comprendí­; yo querí­a ser sólo feliz, pero Dios me puso pruebas para que así­ yo fuera, no sólo dichoso, sino también merecedor del Cielo.