Siete equipos siguen en carrera para clasificarse a semifinales del Mundial masculino de voleibol, en los dos últimas jornadas de la segunda fase de grupos, el martes y el miércoles en Japón.
En el grupo E, en Sendai, quedan en teoría cuatro candidatos: Polonia y Serbia, invictas, Rusia y Japón, derrotados una vez cada uno.
La situación es relativamente simple si se considera poco probable una victoria japonesa contra Serbia el martes y frente a Rusia el miércoles. El país organizador se ha beneficiado hasta ahora de un sorteo fácil y crearía una de las mayores sensaciones de la historia del voleibol se ganara.
Debido a ello, en realidad son tres aspirantes a dos plazas, que se unen a los cuatro del grupo F, lo que hace siete candidatos para cuatro plazas en semifinales.
El encuentro clave del programa del martes en ese grupo E es Polonia-Rusia. Si los polacos ganan y siguen invictos en ocho partidos, pasarán a semifinales con los serbios. Si pierden, todo se jugará el miércoles en el Polonia-Serbia.
En caso de nueva derrota polaca en ese último partido, Serbia pasará junto a Rusia. En el caso contrario, los tres equipos estarán empatados y las dos primeras plazas se decidirán por el coeficiente de puntos.
Si se tiene en cuenta el pasado reciente, Serbia, campeón olímpico en 2000 y bronce en el Campeonato de Europa de 2005, y Rusia, plata en el Mundial-2002 y en la Eurocopa-2005, son favoritos.
En el Grupo F, los dos partidos más importantes son Bulgaria-Francia y Brasil-Italia.
Bulgaria, invicto, está solo en cabeza, mientras que los otros tres han perdido ya una vez. El equipo de Europa del Este es el único que puede asegurar su clasificación el martes en caso de victoria contra los galos.
Pase lo que pase, ningún equipo será definitivamente eliminado antes de los partidos Brasil-Bulgaria e Italia-Francia del miércoles. Hay muchas posibilidades de que se vaya a un desempate por el coeficiente de puntos entre dos o tres equipos.
El gran choque será el que opondrá a Brasil, campeón del mundo, y a Italia, campeón de Europa, en una repetición de la final de los Juegos Olímpicos ganada por los sudamericanos en Atenas.
Los brasileños perdieron una vez frente a Francia, pero se recuperaron después. Son favoritos para la clasificación con los búlgaros, el equipo en forma del torneo.