Jaime Barrios Archila falleció el pasado miércoles y enterrado ayer en el Cementerio General. Aunque su nombre no figuraba entre los grandes escritores del país, hizo aportes fundamentales para la literatura infantil y para la pedagogía que hoy día se fomenta en el país.
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Barrios Archila fue uno de los actores sociales importantes para el gobierno de la Revolución, y en forma especial para el de Juan José Arévalo Bermejo, del cual participó en la creación de políticas educativas.
Perteneció a una gloriosa generación de pedagogos, quienes fundaron las bases educativas del país. Egresó de la Escuela Normal, desde donde conoció a Carlos González Orellana, Eugenio Aragón, Jaime Barrios Peña, Francisco López Urzúa, Julio Piedrasanta, Ernesto Ponce Saravia, Amílcar Echeverría y Alfonso Enrique Barrientos.
Participó en la generación de políticas pedagógicas, además de ser activista político sobre todo durante el gobierno de Jacobo Arbenz Guzmán. Asimismo, ejerció la escritura, proyectándose dentro de la literatura infantil, entre la década de los cuarenta y los sesenta, impulsando además toda creación para niños.
Cabe recordar que previo a los gobiernos de la Revolución, no hubo estímulo para que los escritores se propusieran a escribir literatura para niños. En las escuelas del sistema de educación nacional, se optaba por enseñar a leer con libros importados de México o Argentina. Sin embargo, la sensibilidad pedagógica de Arévalo Bermejo hizo que se motivara a la creación.
En otras palabras, Barrios Archila formó parte de esa generación que dio inicio a la literatura infantil en el país, de la cual no simplemente se refiere a escribir para niños, sino que debe tomar en cuenta ciertas normas, como la adecuación a la mentalidad de la niñez, el estilo lúdico, la sonoridad y la enseñanza, sin que esto recaiga -necesariamente- en un moralismo malintencionado.
Por otro lado, Barrios Archila publicó también un folleto mínimo, con la UNESCO, titulado «Biografía mínima del Doctor Juan José Arévalo».
Descanse en paz, Jaime Barrios Archila.
Barrios Archila, Escritor
LUNA
«Una… tuna? una?»
Y redonda la luna redonda
toma toda la voz de mi niño.
«Una? tuna? una?»
Y su risa -sonrisa de cielo-
lleva un raro matiz de laguna.
«Una? tuna? una?»
Las palabras hundidas al viento
tienen alma de oro y cristal.
Mientras tanto la luna redonda
con su ronda de estrellas
se va
*****
RONDA
Rondemos alegres
la fiesta dorada
de los pajaritos
en la madrugada.
-Yo quiero otro juego,
quisiera un avión.
-Yo una muñeca,
de buen corazón.
-Yo un libro de cuentos,
de alegres colores.
-Yo un perrito niño.
-Yo un ramo de flores.
-¿Jugamos la ronda
de los animales?
-Si, si? la juguemos.
-Estamos cabales.
-Yo soy el lorito
de Pedro Urdimales.
-Yo el lobo del bosque,
el lobo hablador.
-Yo la palomita.
-¡Y yo el ruiseñor!
-Yo el mono del circo,
¿y tú?
*****
CAZADOR
-Sigamos las vueltas
de la randa ronda,
la ronda de niños
que siempre es redonda.
Fuente: http://canonjrchapin.blogspot.com/