Prefectos rebeldes cierran filas en contra de nueva Constitución


Cuatro prefectos rebeldes de Bolivia cerraron filas contra la nueva Carta Magna que el presidente Evo Morales apoya para el referendo del 25 de enero, descontentos porque no recoge a plenitud la demanda de autonomí­as regionales, mientras el oficialismo denuncia intereses sectarios.


Los prefectos (gobernadores) opositores Rubén Costas (Santa Cruz), Savina Cuéllar (Chuquisaca), Mario Cossí­o (Tarija) y Ernesto Suárez (Beni) se reunieron el lunes en la sureña ciudad de Tarija, a 950 km de La Paz, para el inicio del cierre de campaña proselitista.

En la cita, realizada en un coliseo deportivo local, donde estuvieron miles de personas, lanzaron arengas y discursos en contra del mandatario, a quien señalan de apoyar la nueva Constitución porque le permite ir a la reelección por una vez más.

Morales, que irá a una consulta en diciembre de este año por un nuevo mandato hasta 2014, si es que se aprueba la nueva Carta Magna, también dijo en los últimos dí­as que llegaron al poder para «quedarse toda la vida», lo que desató ácidas crí­ticas opositoras.

«El sentir de todo un pueblo es que no quiere autoritarismo ni perpetuidad en el poder del presidente (Morales)», dijo el anfitrión del encuentro, el prefecto Cossí­o de la región de Tarija, citado por el matutino El Nuevo Dí­a.

Los prefectos, principales autoridades polí­ticas en sus departamentos, justifican su rechazo a la nueva Constitución con el argumento de que no recoge el contenido de sus estatutos autonómicos aprobados en referendos populares entre mayo y junio de 2008.

Los opositores, que se concentraron por primera vez la semana pasada en una jornada de oración en Sucre, feudo opositor, pretenden desplazarse luego de Tarija, por las ciudades de Santa Cruz (este), Trinidad (noreste) y Cobija (norte), donde aseguran que le darán un revés a Morales en las urnas.

Mientras los opositores mantienen en alto su campaña proselitista, el gobierno consideró que los argumentos opositores no tienen sustento, pues la nueva Constitución recoge un capí­tulo sobre autonomí­as y es el punto nodal para consolidar las polí­ticas oficialistas, de corte estatista e indigenista.

«La CPE recoge absolutamente todos los componentes de una autonomí­a plena: elección de un gobernador y la facultad de hacer leyes a nivel de la región», afirmó el vicepresidente Alvaro Garcí­a, quien también recorre el paí­s, junto a otros dirigentes oficialistas, a favor de la nueva ley fundamental.

El discurso del gobierno también se ha dirigido a denunciar que detrás de las posiciones de los prefectos rebeldes existen intereses sectarios e incluso de una supuesta sumisión al gobierno del presidente George W. Bush, a quien consideran el principal enemigo del régimen de La Paz.

Morales, quien llegó al poder con el 54% de los votos en diciembre de 2005 y fue ratificado en el cargo con el 64% de apoyo en un referendo en agosto de 2008, aseguró, sin dar pruebas, que el gobierno de Bush y la derecha internacional dieron «instrucciones» a los opositores para rechazar la nueva Carta Magna.

El mandatario dijo varias veces que, a pesar de la contra-campaña opositora, la nueva Constitución, principal oferta electoral a sus fieles simpatizantes indí­genas y campesinos, será aprobada por amplia mayorí­a.