El próximo 26 de enero, los niños del sector público iniciarán las clases; esto constituye una alerta para las organizaciones que velan por la infancia guatemalteca, quienes señalan la importancia de resguardar la integridad de los pequeños, para evitar que sean objeto de asedio por parte de pandilleros.
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El año pasado trascendieron dos temas que amenazaban a los infantes: las extorsiones en las escuelas y la intención de pandilleros de reclutar a los niños en las filas delincuenciales.
El problema fue identificado principalmente en áreas vulnerables, donde los niños están a merced de estas personas; sin embargo, se realizaron pocas denuncias, por temor a represalias.
De acuerdo con Néstor Ismael Diéguez, de la Subdirección General de Prevención del Delito, esta unidad de la Policía Nacional Civil (PNC) resguarda escuelas de El Mezquital, zona 12; zona 11 de Mixco, zona 18 y Villa Nueva. La protección se realiza por medio de seguridad perimetral; los agentes asignados están al pendiente de la gente que se les acerca a los pequeños.
Por otro lado, Diéguez afirmó que la unidad también imparte talleres en donde se abordan temas sobre el abuso de drogas, tabaco y alcohol; así como delincuencia y las consecuencias de involucrarse con pandillas.
José Felipe García, del Movimiento Social por los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Juventud, dijo a este vespertino, que según los problemas que plantean las organizaciones que integran este movimiento, está el desconocimiento de la población acerca de esta unidad, la escasez policial, la confusión de algunos agentes sobre las áreas que deberían resguardar, entre otros.
García citó el ejemplo del municipio de San Raymundo, en donde estaban asignados 12 agentes policíacos, pero como éstos son rotados constantemente, los programas no tenían un estricto seguimiento, además son muy pocos elementos para demasiada población.
Por otro lado, el representante de la organización destacó que la cultura de la no denuncia por parte de la ciudadanía hace que el problema se agudice, ya que rara vez se dan a conocer estos atropellos en contra de la infancia guatemalteca. Tanto los padres como los niños prefieren callar estas situaciones por temor a represalias.
Según se indicó, es necesario que el presupuesto asignado para la Policía se incremente para que más agentes puedan estar al servicio de la población, además se destaca que en el pénsum de los graduandos policíacos exista especialización para trabajar con niños, para que cuando el infante sea víctima del asedio de pandilleros, pueda ser asistido por las fuerzas de seguridad y les ayuden a superar el «trauma», ya que estos factores dañan emocional y psicológicamente al pequeño.
La directora de la PNC, Marlene Blanco Lapola, dijo que para contrarrestar los altos índices de violencia, es necesaria «la prevención», así como la responsabilidad de los padres de familia para el cuidado de sus hijos, ya que si éstos los protegen y mantienen comunicación y diálogo, los niños y jóvenes no tomarán caminos equivocados.