Rusia pide garantí­as a una Europa tiritante


Un hombre empuja una carreta con madera para quemarla y hacer una fogataa fin de calmar el frí­o que marca los -10 grados Celcius en Sofí­a. FOTO LA HORA: AFP DIMITAR DILKOFF

Kiev volvió a firmar hoy, esta vez sin reparos, un acuerdo que deberí­a permitir la reanudación del suministro de gas ruso hacia Europa ví­a Ucrania, pero Moscú dejó claro que no abrirá los grifos hasta que esté firmado por Bruselas y tenga garantí­as de su aplicación.


«El documento va de camino a Bruselas, donde deberá ser firmado por los representantes de la Comisión Europea», afirmó el primer ministro Vladimir Putin.

«Después, los observadores independientes deben trasladarse a los lugares definidos por el documento y una vez que estén en sus puestos de control y estemos seguros de que pueden medir el tránsito del gas natural, Gazprom hará circular el gas en el sistema de transporte de Ucrania para su tránsito hacia Europa», agregó.

El acuerdo entre Moscú y Kiev, logrado por mediación de la presidencia checa de la Unión Europea (UE) el sábado por la noche, se habí­a ido al traste menos de 24 horas después, cuando Kiev agregó una mención según la cual Ucrania no tení­a «ninguna deuda con Gazprom» y no habí­a robado el gas destinado a Europa.

El gigante del gas ruso ha justificado el corte del suministro a Europa acusando a los ucranianos de quedárselo ilegí­timamente cuando pasa por su territorio y reclama a Kiev el pago de una deuda de 600 millones de dólares.

Sin embargo, el lunes por la mañana Ucrania volvió a firmar el documento eliminando la cláusula adicional impugnada por Moscú.

«Una delegación de Gazprom mantuvo conversaciones en Kiev esta mañana (lunes). Tras las discusiones, la parte ucraniana firmó el protocolo «Normas sobre el Control del Tránsito de Gas ví­a Ucrania» sin cláusulas adicionales», afirmó la compañí­a rusa.

«Rusia ya no tiene ninguna razón para no reestablecer inmediatamente sus entregas de gas», afirmó en Bruselas poco después, el ministro checo de Energí­a, Martin Riman.

Sigue sin saberse a ciencia cierta cuándo se volverán a abrir los grifos. Y Putin dejó bien claro que Kiev tiene que cumplir las condiciones previstas por el acuerdo antes de que Gazprom reanude el suministro.

«Gazprom está listo y dispuesto e insiste en reanudar el tránsito lo antes posible, en cuanto Ucrania cumpla las condiciones» sobre el control del paso del fluido por su territorio, afirmó su portavoz, Dimitri Peskov.

El acuerdo prevé el despliegue de una misión de observación que debe garantizar que el gas ruso circula sin trabas. A este efecto, observadores europeos, rusos y ucranianos efectuarán controles en las estaciones de medición de gas en Rusia y Ucrania.

A partir del momento en que Moscú reanude el suministro, se necesitarán todaví­a unos tres dí­as para que el gas llegue a los clientes europeos, que están privados del fluido desde el miércoles en momentos en que una excepcional ola de frí­o hace tiritar al continente.

Una delegación rusa, compuesta por el viceprimer ministro encargado de Energí­a, Igor Sechin, el ministro ruso de Energí­a, Serguei Shmatko, y el presidente de Gazprom, Alexei Miller, tení­a previsto viajar a Bruselas el lunes.

También en Bruselas, los ministros de Energí­a de los 27 se reuní­an por la tarde para sacar las lecciones de la guerra del gas entre Rusia y Ucrania.

Discutirán principalmente de la dependencia europea del gas ruso, que representa una cuarta parte del consumo de la UE, el 80% del cual transita por los gasoductos ucranianos.

Aunque resurja la esperanza en Europa de una normalización del suministro, el conflicto entre rusos y ucranianos sigue abierto.

Ucrania, que hasta finales de 2008 benefició de una tarifa especial de 179,5 dólares por 1.000 m3 de gas, se negó el 31 de diciembre a pagar 250 dólares en el nuevo contrato y ahora Rusia le reclama 470 dólares por el mismo volumen.

ANíLISIS El impacto de la crisis


Los gobiernos de la Unión Europea (UE) evalúan el lunes en Bruselas las desastrosas consecuencias de seis dí­as de corte total del gas ruso que les llega a través de Ucrania, una crisis que seguramente los llevará a adoptar una estrategia energética más ofensiva.

La UE «no puede aceptar nuevos atrasos o excusas» en la entrega del suministro de gas ruso hacia Europa a través de Ucrania, declaró el lunes el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.

«Rusia ya no tiene ningún motivo para no restablecer inmediatamente sus entregas de gas», insistió por su parte el lunes al llegar a Bruselas el ministro checo de Energí­a, Martin Riman, cuyo paí­s ostenta actualmente la presidencia rotativa de la UE.

Al firmar nuevamente el lunes un acuerdo sobre la vigilancia del tránsito del gas por su territorio, Ucrania terminó teóricamente con el principal obstáculo restante.

Sin embargo, el lunes fueron surgiendo problemas que han ido demorando el inicio del flujo del gas ruso a las industrias y los hogares europeos.

Finalmente, Rusia prometió reanudar las entregas el martes a las 08H00 GMT, informó a la AFP un portavoz de la presidencia checa de la Unión Europea (UE).

Los ministros europeos responsables de la Energí­a, convocados el lunes por la tarde en Bruselas para una reunión extraordinaria, deberán examinar de cerca la situación precaria de los paí­ses más dependientes del gas ruso.

Bulgaria, que tuvo que inmovilizar grandes sectores de su industria y técnicamente no podí­a recibir las reservas de gas prometidas por Ucrania, podrí­a dar la alarma.

Su ministro encargado de la Energí­a tení­a previsto reunirse el lunes con el comisario europeo de Energí­a, Andris Piebalgs.

«Bulgaria es el único paí­s de Europa que no está conectado a la red de gas de ninguno de sus vecinos», explicó el domingo el ministro de Relaciones Exteriores, Ivailo Kalfin. Este paí­s tiene intenciones de pedir ayuda el lunes a sus socios para conectar su red de transporte de gas con las de Rumania y Grecia.

Eslovaquia, otro paí­s que depende considerablemente del gas ruso, decidió unilateralmente el domingo reactivar un reactor nuclear, a pesar de que el mismo es considerado obsoleto por Bruselas.

Durante esta primera reunión ministerial organizada en Bruselas bajo la presidencia checa, se espera que los 27 paí­ses miembros de la UE reiteren su voluntad de dotarse de una polí­tica de «seguridad energética».

Esta podrí­a pasar por «un plan de emergencia definido previamente a nivel regional o europeo» en caso de una nueva ruptura de las importaciones de gas, una forma de responder a la imprevisibilidad de las relaciones ruso-ucranianas en la materia.

«La existencia de mecanismos de solidaridad no deberí­a dar excusas a los Estados miembros para no invertir en su propia seguridad de aprovisionamiento», consideró la Comisión.

Es evidente que el Telón de acero sigue dividiendo en dos a la Europa energética. En este sentido, la UE afirma que quiere empalmar mejor las redes de transporte de oeste a este.

La estrategia europea a largo plazo destaca la necesidad de invertir en terminales de gas natural licuado y en capacidades subterráneas de almacenamiento.

También preconiza la diversificación de las fuentes de aprovisionamiento y continuar trabajando en proyectos de infraestructuras prioritarias, evitando a menudo a Rusia.

Bruselas apoya particularmente al proyecto europeo Nabucco, un gasoducto de 3.300 km que debe pasar por Turquí­a y llegar a Austria, pero cuyo aprovisionamiento por otras fuentes que no sean la rusa no ha sido garantizado.