Europa era sacudida el jueves por una nueva ola de malas noticias sobre el desempleo y una caída de la confianza tras el anuncio de masivos despidos en China y Japón y un déficit presupuestario colosal en Estados Unidos, que arrastraron a la baja a las bolsas.
El Banco de Inglaterra (BoE, central) anunció un recorte de medio punto porcentual, a 1,5%, de su principal tasa de interés, que tocó así su menor nivel en la historia, con la meta de redinamizar una de las economías europeas más afectadas por la crisis económica y financiera.
La decisión del BoE prepara el terreno para una medida similar del Banco Central Europeo (BCE), que se reunirá el próximo jueves para adoptar una medida sobre sus tipos, actualmente fijados en 2,75%.
Datos oficiales confirmaron asimismo que la Eurozona, integrada por 16 países, cayó en recesión.
En Europa, Alemania, el mayor exportador del mundo, indicó que sus ventas de noviembre han caído a su mayor ritmo desde 1990.
Irlanda, otrora una economía floreciente, sufrió también un duro golpe con el anuncio de la partida del fabricante estadounidense de ordenadores Dell del país, lo cual implica la supresión de 1.900 empleos.
Las malas noticias afectaron la moral de los inversores y las bolsas perdieron terreno en Asia y Europa.
Hacia las 14H00 GMT, la Bolsa de París caía un 1,58%, Fráncfort un 1,81% y Londres un 1,82%. La Bolsa de Madrid retrocedía asimismo un 1,81%.
La Bolsa de Tokio se hundió un 3,93% tras siete días consecutivos de alza, mientras Hong Kong perdió un 3,8% y Shanghai cayó un 2,38%.
En Estados Unidos, el presidente electo Barack Obama se apresta a develar detalles del borrador de un paquete de hasta 1,3 billones de dólares para estimular la economía.
Pero Obama advirtió asimismo que Estados Unidos tendrá que adoptar acciones drásticas contra un déficit presupuestario que podría elevarse este año a 1,2 billones de dólares, según la Oficina Presupuestaria del Congreso.
Esta cifra es más del doble de los 438.000 millones de dólares del déficit del último año fiscal y equivale a un 8,3% del Producto Interno Bruto (PIB), su nivel más elevado desde la Segunda Guerra Mundial.
Enormes desafíos económicos aguardan también a los gobiernos de Europa, donde la confianza de hogares y empresas se ha debilitado más rápido de lo esperado en diciembre y se hundió a su menor nivel en al menos 23 años.
El índice de confianza económica de la Eurozona, un indicador que recoge la opinión de empresarios y consumidores, perdió casi 8 puntos para caer en los 67,1 puntos en diciembre. Este su nivel más bajo registrado desde la creación del sondeo en enero de 1985.
El sondeo «arroja más pruebas alarmantes de que la recesión en la Eurozona está profundizándose rápidamente», dijo Jennifer McKeown, de la consultora Capital Economics.
En el conjunto de los 27 países de la Unión Europea, la confianza de los empresarios y de los consumidores también retrocedió fuertemente, para situarse en los 63,5 puntos, su nivel históricamente más bajo.
Datos oficiales de la UE también confirmaron que la economía de la zona euro entró en su primera recesión oficial en el tercer trimestre del año pasado y los analistas creen que la situación probablemente ha empeorado desde entonces.
«La recesión de la región se ha profundizado de manera marcada en el cuarto trimestre, al aumentar los daños de la crisis financiera sobre la economía real», indicó Howard Archer, economista de la IHS Global Insight.
En el frente del empleo, las malas noticias también se acumulan. La desocupación en la zona euro afectó en noviembre a un 7,8% de la población económicamente activa, su índice más alto en casi dos años, según la oficina europea de estadísticas, Eurostat.
En Asia, el gigante de las computadoras chino Lenovo y el fabricante de componentes electrónicos japonés TDK Corporation anunciaron miles de despidos.
Lenovo, cuarto fabricante mundial de computadoras personales, anunció que eliminará unos 2.500 empleos, alrededor del 11% de su personal en todo el mundo, por la ralentización de las ventas a causa de la crisis.
El japonés TDK anunció por su lado la supresión de unos 8.000 empleos y el cierre de cuatro fábricas en el extranjero para enfrentar la crisis.
En Corea del Sur, el presidente Lee Myung-Bak defendió la adopción de medidas gubernamentales «preventivas» tras la difusión de datos oficiales que muestran que la cuarta economía asiática está al borde de la recesión.