Revolcada del monstruo


No hay duda que lo que siempre elegimos para que nos gobierne, no es precisamente lo mejor, pues nos dejamos influenciar por las apariencias o por la moda y el resultado siempre es el mismo, navegar en la ignorancia.

Guillermo Castañeda Lee, Ced. R-19 No. 997, Teculután, Zacapa

Los discursos de los presidentes en la Cumbre de América Latina y el Caribe que se desarrolló en Brasil, más parecí­a que era una reunión de leñadores, donde en lugar de buscar solución a la escasez de materia prima, más parecí­a una reunión para hacer leña del árbol caí­do. Que equivocados estos pobres señores; Estados Unidos no es un árbol; si se le quiere comparar con algo tiene que ser con un monstruo, que cuando se revuelca de cuando en cuando, deja a los monstruitos agonizando. í‰l se levanta y sigue su camino como si nada, y los monstruitos se quedan allí­ tirados.

Todos parece que creyeran que con esta crisis, los Estados Unidos pasarán a ser del tercer mundo y los latinoamericanos, pasarán a comandar la economí­a mundial.

Se da usted cuenta que si el monstruo no se levanta después de la revolcada, ya no necesita combustible para moverse. Imagí­nese quienes serí­an los primeros en sufrir las consecuencias en América Latina.

Pobres ignorantes, para lograr hacer leña al monstruo y pasar nosotros a la cabeza, se tendrí­a que cambiar primero la manera de pensar de las personas, pues aquí­ que los funcionarios sean ladrones, es ser chispudo y aceptado con honores en todos los ámbitos de la sociedad.

Se tendrí­a que detener el incremento acelerado de la población, pues ni con un presupuesto triplicado se podrí­a cubrir las necesidades de servicios, lo cual ya no nos convierte del primer mundo. Si los guatemaltecos ya no quieren emigrar a los Estados Unidos, imagí­nese que podrí­amos hacer con tanta gente.

Tenemos que aprender, que la ley no la hace el rey, y que la Constitución sea la biblia legal del paí­s, pero aquí­ vemos como los presidentes y los funcionarios se la pasan por donde quieren y nadie se anima a contradecir al soberano.

Como ve, las condiciones no están dadas para que pasemos a comandar las tablas de posiciones, pues de la manera que somos, pasarí­a lo que le pasó a la Cuba de Batista, que después de ser los punteros, por no tener aprendidas esas lecciones, cayeron del fuego a las brasas de donde no han podido salir.

Así­ que en lugar de tanto ataque, lo que hubieran hecho es rezar para que el monstruo no se revuelque mucho.