No hay duda que lo que siempre elegimos para que nos gobierne, no es precisamente lo mejor, pues nos dejamos influenciar por las apariencias o por la moda y el resultado siempre es el mismo, navegar en la ignorancia.
Los discursos de los presidentes en la Cumbre de América Latina y el Caribe que se desarrolló en Brasil, más parecía que era una reunión de leñadores, donde en lugar de buscar solución a la escasez de materia prima, más parecía una reunión para hacer leña del árbol caído. Que equivocados estos pobres señores; Estados Unidos no es un árbol; si se le quiere comparar con algo tiene que ser con un monstruo, que cuando se revuelca de cuando en cuando, deja a los monstruitos agonizando. í‰l se levanta y sigue su camino como si nada, y los monstruitos se quedan allí tirados.
Todos parece que creyeran que con esta crisis, los Estados Unidos pasarán a ser del tercer mundo y los latinoamericanos, pasarán a comandar la economía mundial.
Se da usted cuenta que si el monstruo no se levanta después de la revolcada, ya no necesita combustible para moverse. Imagínese quienes serían los primeros en sufrir las consecuencias en América Latina.
Pobres ignorantes, para lograr hacer leña al monstruo y pasar nosotros a la cabeza, se tendría que cambiar primero la manera de pensar de las personas, pues aquí que los funcionarios sean ladrones, es ser chispudo y aceptado con honores en todos los ámbitos de la sociedad.
Se tendría que detener el incremento acelerado de la población, pues ni con un presupuesto triplicado se podría cubrir las necesidades de servicios, lo cual ya no nos convierte del primer mundo. Si los guatemaltecos ya no quieren emigrar a los Estados Unidos, imagínese que podríamos hacer con tanta gente.
Tenemos que aprender, que la ley no la hace el rey, y que la Constitución sea la biblia legal del país, pero aquí vemos como los presidentes y los funcionarios se la pasan por donde quieren y nadie se anima a contradecir al soberano.
Como ve, las condiciones no están dadas para que pasemos a comandar las tablas de posiciones, pues de la manera que somos, pasaría lo que le pasó a la Cuba de Batista, que después de ser los punteros, por no tener aprendidas esas lecciones, cayeron del fuego a las brasas de donde no han podido salir.
Así que en lugar de tanto ataque, lo que hubieran hecho es rezar para que el monstruo no se revuelque mucho.