A finales de diciembre me puse a recopilar las columnas publicadas en el Diario La Hora en el curso del año pasado y decidí reproducirlas en una edición limitada y en fotocopia. En mayo estaré arribando a ocho años de colaborar en este vespertino con esta columna que sale los miércoles bajo la rúbrica de A media semana.
rosalesroman.cgs@gmail.com
La recopilación la he hecho bajo el título 2008: De lo malo a lo peor. Tendencia objetiva de la debacle y el caos. No se trata de caer en la trampa del pesimismo. En política, al interpretar y explicar los hechos y su contexto, ahondar en sus causas y efectos, desenvolvimiento y posible solución, hay que ser objetivo y realista.
El 2008 ha sido para el país uno de los años más críticos, conflictivos e incierto -aunque no el peor- de la etapa que se inicia con la llamada apertura política o democrática. La tan cacareada apertura lo que institucionalizó en 1985 fue la continuación -por otros medios- de los gobiernos y regímenes corruptos, entreguistas y más repudiados a partir del de Castillo Armas.
En lo internacional, desde mediados de 2005 -y aún antes- podía percibirse el deterioro y daños irreversibles al medio ambiente a causa del calentamiento global, la hambruna en expansión por la falta de alimentos y -a mediados del año pasado-, el desborde en cadena de la debacle y el caos bancario y financiero. Como nunca antes, el estallido de la burbuja económica a nivel mundial, golpea y afecta a los países dependientes y neocolinazados; golpea y afecta a los países capitalistas más poderosos y a la potencia más grande de la historia -la principal responsable de lo que está pasando-; y, afecta y golpea también, a las economías emergentes.
Habrá que estar atentos a lo que pudiera suceder en los países que le dan continuidad y mejoran la edificación y construcción del socialismo, así como también en los países del sur de nuestro Continente donde se institucionalizan transformaciones profundas en lo estructural, económico, político, social y cultural.
Se puede decir, en consecuencia, que el rasgo negativo más característico de la etapa actual en lo económico, bancario y financiero a nivel mundial es la globalización de la debacle y el caos y la crisis y bancarrota de la globalización neoliberal.
En cuanto a la situación nacional, este año podría ser peor que el anterior si no se adoptan urgentemente medidas eficaces y oportunas para el corto, mediano y largo plazo, en seguridad pública y ciudadana, justicia, salud y educación, la distribución, tenencia y explotación de la tierra, el empleo, la vivienda e infraestructura, y contra la hambruna y la desnutrición extrema. Y, eficaz e inteligentemente, se diseña y lleva a la práctica una política integral contra el crimen organizado y la delincuencia común, el narcotráfico y el tráfico de personas, las vendettas y el pandillerismo.
Conspira contra lo anterior, la corrupción e impunidad, el tráfico de influencias y el nepotismo, el saqueo de las arcas nacionales, la incompetencia y falta de idoneidad y eficiencia de la mayoría de funcionarios y autoridades, la limpieza social y criminalización de la protesta social y popular, en tanto prácticas no superadas que tanto daño le hacen al país y detrás de las que están los sectores económicos que han financiado, diferenciada e indistintamente, y dado el apoyo -aunque después se los quiten- a siete de los gobernantes de nuestra historia institucional más reciente y sus nefastos antecesores a partir de junio de 1954.
Por su parte, la potencia más grande de la tierra y sus aliados incondicionales están siendo derrotados militar y políticamente en Irak y en Afganistán. Es a lo que está expuesta, también, la aventura guerrerista y criminal agresión e invasión a la Franja de Gaza por parte de los gobernantes sionistas, y que al día de ayer había costado ya la vida de 537 palestinos y 2 mil 600 heridos, en su mayoría, civiles. Israel no es la víctima, es el victimario y responsable de crímenes de lesa humanidad.
En ese marco, el traspaso del bastón de mando en Estados Unidos lo hará el mandatario saliente en medio del mayor desprestigio y repudio de los pueblos del mundo y al que el pueblo de su propio país señala como el peor de los presidentes de su historia. Bush le hereda a la administración demócrata la debacle y el caos global y a los países del mundo la amenaza de una depresión peor que la de 1929.
Al comienzo del año, es así como está la situación nacional y tal es el rasgo negativo más característico en lo internacional. En todo caso, su desenlace y solución -ni antes ni ahora- ha pasado exitosamente ni pasará aquí -en nuestro país ni en otras partes del mundo-, por la vía del reformismo y, menos, por el asistencialismo paternalista, la filantropía, el altruismo y la caridad pública.
Ignacio Ramonet, en uno de sus artículos más recientes, dice que «aunque en materia de política internacional no caben supersticiones, los años terminados en 9 son a menudo convulsivos». Advierte, además, que en el contexto del descontento social imperante y, como en 1930, «el anarquismo podría engrosarse».