Lí­neas paralelas


Una noche en vela tratando de darle forma a una idea, es una mala noche, pero puede ser la más productiva de su vida.

Guillermo Castañeda Lee, Ced. R-19 No. 997 Teculután, Zacapa

Así­ pasa uno a veces las noches de su vida, unas durmiendo y otras creyendo que está produciendo, pero desafortunadamente sin querer, le amarga la vida a los que no piensan igual que uno.

Una de mis grandes inquietudes es porque si el hombre sueña con la libertad, la independencia económica de él y de su familia, un vehí­culo moderno para movilizarse a donde quiera sin pedirle permiso a nadie, su bonita casa para estar al lado de su familia, etc. porque admira y clama por la vida que le da Fidel Castro al pueblo cubano.

Para tratar de resolver esa inquietud, quiero retroceder a los años de mi juventud, cuando con unos primos segundos, hijos de familias medio acomodadas y nietos de hacendados, nos llevábamos muy bien, pues tení­amos esos mismos sueños y por eso luchábamos, pero cuando afloraba el tema polí­tico, su frase favorita era: «Cuando Cuba fue liberada del yugo imperialista, se oyó un grito en la alborada, viva Cuba comunista».

Los años pasan y ellos lograron sus sueños, no precisamente los de ir a vivir a Cuba. Ya que además de tener sus bonitas empresas, una vivienda en colonias residenciales, vehí­culo último modelo, la mayorí­a, hasta quisieron comprar las haciendas que habí­an pertenecido a sus abuelos y que también habí­an pertenecido a nuestros bisabuelos.

Suena paradójico, pues siguen siendo adoradores de Fidel Castro, siendo que algunos hasta estudiaron en la Unión Soviética.

La única respuesta que he encontrado y que lo considero una hipótesis, es que los sueños y la rebeldí­a son paralelos, pero la mayorí­a de veces no se juntan, pues aparte son los sueños y aparte es la rebeldí­a.

Desde la llegada de Arbenz al poder, el tema de conversación en los últimos 50 años ha sido contra el imperialismo, lo cual ha hecho que se genere una rebeldí­a antiimperialista, siendo que a pesar de que mis primos han cumplido sus sueños, siguen admirando al rebelde que se quitó el yugo imperialista, pero de eso a querer vivir como viven los cubanos, por lo menos para ellos no creo que serí­a aceptable.

Ahora yo me pregunto, de que sirve que alguien como Fidel le quite ese yugo que usted siente que le pesa, pero a cambio le coloca 7 o más yugos, conculcando todas sus libertades. Por eso con lograr una vida mejor, uno cumple sus sueños, y con admirar o idolatrar a Fidel Castro cumplen su rebeldí­a, pero ni por baboso vivirí­a bajo ese sistema.

Uno cuando ve pelí­culas del Oeste de los Estados Unidos, ve las grandes cantidades de caballos que son dirigidos por el caballo más chispudo, o las manadas de búfalos, al ver eso cree que eso no le puede pasar a los humanos, pero usted lo vio en Alemania, lo ve en las religiones y lo ve en el altiplano. Parece que el humano también está sujeto a ir a donde va Vicente.

A los que me acusan de troglodita y de que soy una persona que no pienso, los invito a que busquen en todas las enciclopedias la frase con que encabezo esta opinión, pero no la encontrarán, pues la escribí­ hoy para usted, como un regalo de Navidad.