Carretera a El Salvador ¿O a Barberena?


Tengo amigos y conocidos que residen en aldeas, caserí­os, colonias, condominios o condados ¡faltaba menos! de los municipios de Fraijanes y San José y Santa Catarina Pinula, es decir, algunos kilómetros alejados de la ruta Interamericana que conduce al sur oriente del paí­s, pero que se ha dado en llamar «carretera a El Salvador», aunque para ahorrar débiles esfuerzos mentales suelen decir «carretera al Salvador».

Eduardo Villatoro
eduardo@villatoro.com

Lo importante no es que se pronuncie adecuadamente el nombre de la vecina república o que se abrevie con la contracción «del», sino que los interlocutores de quienes tienen sus residencias en aquella área del departamento de Guatemala, se enteren que se encuentran frente a alguien que «vive en la carretera a El Salvador».

No se trata, pues, de cualquier pelagatos de la clase media ni mucho menos del populacho inculto e infeliz, sino de alguien que ha escalado a base de esfuerzos y sacrificios la estirada escala social de la ciudad capital y que, por lo consiguiente, es merecedor de habitar con su familia en un sector distinguido del área metropolitana.

Por fastidiar a un amigo cachimbiro que tiene su residencia en un escondido paraje de Fraijanes, pero que subraya en pregonar que vive en «la carretera a El Salvador», yo insisto en decirle que es en la carretera a la Granja Penal de Pavón, porque por ahí­ está ubicada, cabalmente, esa ordinaria cárcel.

Valgan los anteriores párrafos para abrirle paso, aunque en forma resumida, a un mensaje que me envió el ingeniero agrónomo Jorge Morales Alistun, quien advierte que el asunto podrí­a ser irrelevante, pero que es inapropiado nombrar a esa ruta como «carretera a El Salvador», porque los guatemaltecos nos «desnacionalizamos al hacer mención en nuestro territorio de otro paí­s cuando se hace referencia no sólo a un destino sino a direcciones de inmuebles o localizaciones; de manera que si seguimos en la misma tendencia también deberí­amos llamar carretera a México, a la ruta hacia occidente, y carretera a Honduras a la que conduce a Esquipulas».

Don Jorge explica los criterios que se utilizan para denominar una carretera, ya sea porque se trate de una ruta internacional, por una nomenclatura técnica cartográfica, según un nombre particular indicativo (Franja Transversal del Norte), o según el destino final dentro del territorio nacional (autopista a Puerto Quetzal). Pero en Guatemala, no deja de ser curioso que estando ubicados, por ejemplo, en el kilómetro 5, pero aún dentro del área metropolitana, se hable de carretera a El Salvador.

Agrega el señor Morales Alistun que él prefiere llamarla carretera a Barberena; pero lo que ocurre es que «da más prestigio hacer mención del paí­s vecino, que si se hace de un pueblo de Guatemala», y por lo tanto sugiere que «se deje de desnacionalizar al paí­s llamando a esa ruta carretera a El Salvador, y que se le nombre de manera oficial mediante el punto final de destino dentro del territorio nacional, como serí­a carretera a Pedro de Alvarado».

(Mi sobrino Gustavo Romualdo Villatoro, cuya casa se ubica en la colonia Colinas de Monte Marí­a, por la cuesta de Villalobos, afirma que vive en la carretera a El Salvador… pero saliendo por Villa Nueva).