Venezuela tiembla por desplome del petróleo


Las ventas de petróleo en Venezuela representan casi la mitad de los ingresos del gobierno y la mayor parte de las divisas que recibe el paí­s.  FOTO LA HORA: archivo

El gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez se apresta a anunciar medidas de ajuste para enfrentar el efecto del desplome de los precios petroleros sobre la economí­a, sin que se afecten los planes sociales que son percibidos como lo mejor de su gestión.


El presidente de Venezuela, Hugo Chávez (I) anunció las medidas para enfrentar la caí­da de los precios del crudo sobre la economí­a de su paí­s. FOTO LA HORA: AFP/PRESIDENCIA

El mandatario hará los primeros anuncios en enero, y ya adelantó que estos deberán «fortalecer el proyecto socialista» que impulsa con estatizaciones y planes para la organización comunitaria.

Entre los primeros anuncios, se esperan medidas para impulsar las exportaciones no petroleras, que han quedado rezagadas en los años recientes y deben cerrar en 2008 en 2.500 millones de dólares, 34% menos que en 2007, según la Asociación Venezolana de Exportadores.

«Estamos preparándonos para tiempos difí­ciles. Aún no hay un pronóstico sólido sobre el comportamiento de los precios del petróleo en 2009. Iremos tomando medidas en función de los escenarios que presenten», dijo Chávez.

La cesta de crudos de Venezuela ha pasado de un promedio de 130 dólares por barril en julio a unos 30 dólares en diciembre.

Las ventas de petróleo en Venezuela representan casi el 50% de los ingresos del gobierno y más del 90% de las divisas que recibe el paí­s.

Pero aún sin anunciar ninguna medida concreta, el mandatario aclaró durante el fin de semana que «los programas sociales seguirán recibiendo los ingresos necesarios para su funcionamiento. Es una inversión que consideramos sagrada».

Los programas de atención básica en salud, educación, y subsidio y distribución de alimentos son percibidos por los venezolanos como lo mejor de la gestión de Chávez, con í­ndices de satisfacción de entre 55% y 63%, según la empresa encuestadora Datanálisis.

En cambio, el desempeño del gobierno en el combate a la corrupción y a la delincuencia genera insatisfacción en casi el 90% de los venezolanos, de acuerdo con Datanálisis.

Los analistas creen que lo severo de las medidas dependerá de cuánto dure la crisis mundial, cuyos efectos más graves sobre Venezuela se producen en la caí­da de los precios petroleros, pues el sistema financiero de este paí­s se encuentra prácticamente aislado.

Para el ex ministro de Finanzas Nelson Merentes, «si la crisis se prolonga por seis meses o un año más, el gobierno tiene que prepararse para los planes más fuertes».

Sin embargo, Merentes insistió en que se debe «preservar todo lo social» y enfatizó que el precio promedio del petróleo venezolano cerrará 2008 alrededor de 80 dólares por barril, «lo que significa que hay un excedente que nos da una plataforma para manejar la crisis».

El gobierno venezolano cuenta también con poder utilizar unos 6.000 millones de dólares considerados excedentarios de las reservas internacionales, que se ubican en un total de 38.000 millones de dólares.

Para el economista Orlando Ochoa, la cesta de crudos de Venezuela podrí­a recuperarse a niveles de entre 35 y 50 dólares por barril en 2009, pero aún así­ serí­a insuficiente para mantener el gasto público y la entrega de divisas al tipo de cambio de 2,15 bolí­vares por barril, paridad que se ha mantenido inmutable desde 2005.

El precio estimado de la cesta de crudos venezolana fue calculado en 60 dólares por barril en el presupuesto de 2009.

«Venezuela tendrí­a que hacer un ajuste fiscal grande. Pero con la perspectiva de un referendo (para aprobar la reelección presidencial indefinida) a corto plazo, se espera que las medidas más duras queden para después», señaló Ochoa.

El Parlamento, dominado por el gubernamental Partido Socialista Unido de Venezuela, promueve una enmienda a la Constitución para permitir la reelección presidencial ilimitada, que podrí­a someterse a referendo en febrero.

«Postergar los ajustes puede significar un tiempo perdido muy valioso, cuando otros paí­ses de América Latina ya están tomando medidas», resaltó Ochoa.