Paz Vega, otra de las actrices españolas que está en Hollywood con agenda llena, aterriza esta semana en los cines convertida en una villana del universo «extraño y mágico» de Frank Miller, en un momento donde afirma tener su puerta abierta a todo lo que venga de Europa.
«Estoy agradecida de todas las propuestas que he recibido aquí en Estados Unidos y la oportunidad de trabajar en tantos géneros y con directores tan diferentes, como Frank obviamente, pero en cine quiero tener un pie en todas partes, y tengo mi puerta abierta a lo que venga de España y Europa», dijo la actriz que en enero cumplirá los 33 años.
Quien en 2001 emergiera como una de las nuevas intérpretes sensuales del cine español con «Lucía y el sexo», de Julio Medem, hoy reside en Los íngeles (California), donde ha realizado cerca de una decena de películas.
«Obviamente que fue fuerte al principio aquello de la interpretación en inglés, es fuerte porque es tu segundo idioma, pero ahora me encuentro cada vez más cómoda», contó Vega con su marcado acento andaluz.
Esta semana Paz Vega llegará a las salas de Norteamérica interpretando a una mala francesa en «The Spirit» con un elenco integrado por Eva Mendez, Scarlett Johansson y Samuel L. Jackson, quienes reviven para el cine el cómic de los 40 creado por Will Eisner, bajo la adaptación de Miller, guionista de «Sin City» y «300».
«Este guión me llegó mientras rodaba otra película y me enamoró la historia y el personaje. Luego cuando di mi primer sí, me enteré de que era Frank Miller, y con ese nombre ¡pues imagínate!», contó Vega.
La actriz dijo que nunca fue muy fanática de los cómics, pero «había visto el estreno de Sin City en Cannes y pues me pareció fenomenal».
«Frank es una persona muy especial, vive en un mundo muy particular y pues su imaginación es muy grande y cuando te dirige te transmite ese mundo, te lleva a lo que él quiere con esa voz y esas caras que pone para decirte lo que espera, te mete en la atmósfera», dijo la protagonista de «Spanglish» (2004) pocos días después de haber visto la versión final de la obra.
«Me encantó, la verdad es que es muy especial todo lo que hace con esas imágenes», opinó sobre un filme donde el protagonista, Gabriel Macht, lucha por mantener la paz en Central City, y controlar a las mujeres, en una narración cinematográfica cargada de efectos especiales y de los contrastes negros con sangre escarlata cuasi fosforescente que identifican a Miller.
En estos días el crédito de Paz Vega figura en al menos cinco producciones estadounidenses para el próximo año: «La verdad es que no me puedo quejar», afirma sentada en un hotel de Beverly Hills donde, vestida muy elegante, respondió de manera muy discreta, lejos de la espontaneidad que transmitía en sus inicios.
Sin querer revelar los planes para 2009, más allá de salud y bienestar para su familia, Vega contó que tiene entre manos un «proyecto como productora muy bonito, de una historia en la frontera (de Estados Unidos con México), pero quiero que se concrete más para hablar», advirtió.
En ese plano profesional descartó del todo probar suerte como directora: «Crear y plasmar una historia para hacer tu película sería maravilloso pero no me veo todavía en capacidad para eso. Le tengo tanto respeto a esta parte, que me da mucho vértigo y mucho miedo», apuntó.
Por ahora prefiere meterse e la piel de los personajes que acepte interpretar, «abierta a todo, como siempre lo he estado, aunque como siempre he dicho, me encuentro muy a gusto haciendo comedias».
Y si estuviera en sus manos, dijo que le fascinaría actuar para los mexicanos Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón.
«Hay muchos directores latinoamericanos que me encantan, pero particularmente Iñárritu y Cuarón, me encantan sus historias, sus dramas, sus personajes y el cine que hacen», afirmó.
Paz Vega,
actriz española