Concierto de despedida


Alfred Brendel, uno de los mejores pianistas del mundo. FOTO LA HORA: Archivo.

Alfred Brendel, uno de los mejores pianistas del mundo, pondrá fin esta semana a 60 años de carrera interpretando a Mozart en el Salón Dorado del Musikverein de la capital austrí­aca acompañado por la Filarmónica de Viena bajo la dirección de Sir Charles Mackerras.


Se despedirá con el concierto de piano Nº 9, K.271 en mi menor de Mozart, llamado también «Hombre joven» o «Jenamy».

Brendel dará dos recitales, el miércoles y el jueves. El concierto «Jenamy» es una forma adecuada para celebrar la despedida de Brendel.

Esta obra de juventud, escrita cuando Mozart tení­a sólo 21 años, está llena de innovaciones formales sorprendentes y tiene una gran exhuberancia melódica.

A pesar de que la inimitable forma de caminar de Brendel –un rápido recorrido a través del escenario– se ha inclinado ligeramente con la edad y que la artritis le impide tocar obras más exigentes del repertorio, como el «Hammerklavier» de Beethoven o la sonata en si bemol de Liszt, este pianista de 77 años no ha perdido su malicioso ingenio ni su alegrí­a.

Aunque sus detractores lo acusan de ser demasiado austero e intelectual, los otros músicos no están de acuerdo.

En un artí­culo publicado por el diario británico the Guardian esta semana, su ex alumna, la pianista Imogen Cooper, afirma: «Catalogar de cerebral a Brendel implicarí­a demasiada frialdad. El siempre ha sido muy meditabundo. Al escucharlo tocar a Schubert, Mozart, Beethoven, Liszt, se siente su profunda comprensión del idioma de estos compositores.»

Brendel nació en 1931 en Wiesenberg, que actualmente se encuentra en la República Checa.

Cuando lo interrogan sobre su talento musical, insiste en que no fue un prodigio infantil.

«Mis padres no eran músicos. En la casa no habí­a música. No soy un buen lector a primera vista y no he sido dotado de una memoria fenomenal», afirma en su sitio web.

Además de recibir lecciones de piano esporádicas entre los seis y los 16 años, Brendel tuvo poco entrenamiento formal y se describe a sí­ mismo como un autodidacta.

Dio su primer recital a los 17 años en Graz (sur de Austria), con obras de Bach, Brahms y Liszt, e interpretó una composición suya.

«Cuando yo era joven mi carrera en general no fue nada sensacional, sino que progresó paso a paso», afirma.

Pero la tendencia cambió radicalmente después de un concierto de Beethoven en Londres –donde vive desde 1971– y tres grandes empresas disqueras le ofrecieron contratos.

Actualmente Brendel es considerado como uno de los artistas más prolí­ficos en materia de grabación de discos, con un repertorio que incluye a Bach, Haydn, Weber, Schumann, Liszt, Brahms, Mussorgsky y Schoenberg.

Durante su carrera se concentró fundamentalmente en las obras de Beethoven, Mozart y Schubert.

Fue el primer pianista en la historia que grabó toda la obra de Beethoven para piano y uno de los pocos que grabaron todos los conciertos de piano de Mozart.

Brendel, que ha publicado libros sobre música y poemas humorí­sticos, afirma que tendrá muchas actividades después de su último concierto.

«A diferencia de algunos de mis colegas, no soy adicto a tocar el piano. Tengo otros intereses además de la música», afirmó en una reciente entrevista.

«Para el año próximo tengo muchos planes. Después de una interrupción de algunos meses, daré conferencias, lecturas, seminarios, y continuaré escribiendo. Siempre estoy escribiendo algo», añadió.

«Mis padres no eran músicos. En la casa no habí­a música. No soy un buen lector a primera vista y no he sido dotado de una memoria fenomenal».

Alfred Brendel