Las esperanzas de rescatar vivos a 15 mineros atrapados a más de mil metros de profundidad en una mina de carbón en el sur de Polonia se diluían hoy después de que ocho compañeros suyos perecieran carbonizados ayer a causa de una explosión de grisú.
El trabajo de los socorristas era difícil debido a la fuerte concentración de gas metano en el fondo de la mina. Después de haber ventilado la zona del accidente, un equipo de reconocimiento fue enviado hacia la galería accidentada el miércoles en la mañana.
Cerca del mediodía, las operaciones de socorro, que se habían detenido durante la noche, fueron nuevamente suspendidas debido a un nuevo aumento peligroso del índice de metano en el aire, indicó el jefe de la Oficina Superior de Minas, Piotr Buchwald.
En total, 23 personas se encontraban en la zona de la explosión que se produjo ayer en la tarde a 1.030 metros bajo tierra, en la mina de Halemba, explotada por la compañía KW, en Ruda Slaska, en la zona de Katowice (Silesia).
Los mineros, empleados en su mayoría por una sociedad externa, estaban encargados de efectuar trabajos de sellado de una galería cuyo acceso estaba prohibido después de un accidente ocurrido en marzo. Los mineros debían evacuar todo el material pesado.
El presidente de la compañía minera, Grzegorz Pawlaszek, afirmó que los «cuerpos izados a la superficie estaban parcialmente carbonizados e imposibles de identificar en lo inmediato».
Los socorristas no percibieron ningún signo de vida, según Pawlaszek.
Durante toda la noche, un equipo de sicólogos se ocupó de los familiares de los mineros, reunidos en una local situado cerca de la mina.
Sicólogos de la policía y sacerdotes católicos también brindaron apoyo a las familias.
«Conversamos con ellos, les ofrecemos café, frazadas, gestos humanos simples», explicó Izabela Olszewska, una sicóloga enviada especialmente por los bomberos.
Desde el martes en la noche, las más altas autoridades del Estado se dirigieron a Ruda Slaka.
El primer ministro Jaroslaw Kaczynski llegó hasta el lugar el martes en la tarde, acompañado por los ministros de Transportes y de Economía.
«Debemos mantener la esperanza, pero si lo peor llegase a ocurrir, las familias de los mineros recibirán toda la ayuda necesaria», declaró Kaczynski.
«La muerte de ocho mineros es ya una gran tragedia», agregó, anunciando que un duelo nacional sería decretado en Polonia luego de la catástrofe.
El presidente Lech Kaczynski, hermano gemelo de Jaroslaw, era esperado en la jornada de ayer.
La mina de Halemba ya había sido escenario de uno de los más graves accidentes mineros de Polonia: 19 trabajadores murieron allí en 1990 en una explosión de grisú.
En julio, cuatro mineros habían muerto en un derrumbe en la mina Pakoj, también en Ruda Slaska.
Con los ocho hombres fallecidos el martes en Halemba, 28 mineros han muerto en Polonia desde comienzos de año.
El carbón sigue siendo un motor importante en la economía polaca, ya que sus precios en el mercado mundial han aumentado claramente en los últimos años.
En 2005, Polonia fue de lejos el mayor productor de carbón de la Unión Europea con 98 millones de toneladas, 57% del total extraído en la UE.