La «próspera industria del sexo» aparece como importante vector de transmisión del sida en el Caribe, donde se cuentan 250 mil personas infectadas, según el informe de la ONU sobre la epidemia conocido este martes.
Casi las tres cuartas partes de esas personas afectadas por el VIH viven en República Dominicana y Haití, pero la prevalencia del virus en adultos es alta en toda la región, con excepción de Cuba.
En 2006, 26 mil personas resultaron infectadas en la región y 19 mil enfermos murieron víctimas del sida, que es en el Caribe una de las principales causas de mortalidad entre adultos (15-44 años).
El informe destaca los progresos en la lucha contra sus epidemias y las consecuencias beneficiosas de un mayor acceso al tratamiento antirretrovírico en las Bahamas, Barbados, Cuba y Jamaica.
«Las epidemias esencialmente heterosexuales del Caribe ocurren en el contexto de flagrantes desigualdades de género y están impulsadas por una próspera industria del sexo, que sirve a clientes tanto locales como extranjeros», indica también el informe.
«Las prácticas peligrosas entre varones representan alrededor de una décima parte de los casos de VIH comunicados en el Caribe», precisa.
En Haití, el informe detecta que un uso creciente de preservativos entre las profesionales femeninas del sexo en Puerto Príncipe, el impacto de la mayor mortalidad y las mejoras en la seguridad de las transfusiones sanguíneas pueden haber contribuido a mejorar un poco la situación.
No obstante, el informe de la ONU advierte de que «hay signos de que la epidemia de Haití podría empeorar» y señala como especialmente vulnerables a las «mujeres pobres de las zonas rurales».
En general, explica, aumenta el número de jóvenes haitianos sexualmente activos y a edades más tempranas y «sólo una minoría utiliza preservativos durante las relaciones sexuales con una pareja ocasional».
Al mismo tiempo, indica el informe, «a pesar de ser uno de los países más pobres del mundo, Haití está haciendo progresos sostenidos, aunque lentos, en el suministro de terapia antirretrovírica».
En República Dominicana, la transmisión del VIH se produce en gran medida entre profesionales del sexo y sus clientes. «El turismo sexual reviste una importancia creciente» en el país, donde «los varones locales siguen constituyendo el pilar de la industria nacional del sexo», según el informe.
Los niveles máximos de infección se detectan en los «bateyes» (barrios de chabolas que albergan a trabajadores de las plantaciones de caña de azúcar, mayoritariamente haitianos), precisa el documento de la ONU.
En el extremo opuesto, en Cuba se registra «la epidemia más limitada en la región». En este país, un «80% de los diagnósticos de VIH han correspondido a varones, y las prácticas sexuales peligrosas entres ellos constituyen el principal factor de riesgo de transmisión», explica el informe.
En Barbados, donde prevención y tratamiento del VIH están dando resultados alentadores, el sida sigue siendo causa significativa de mortalidad prematura de adultos «sobre todo porque muchas personas no optan al tratamiento hasta que enferman gravemente», señala el informe.
En las Bahamas ha disminuido el número anual de fallecimientos atribuibles al sida gracias al suministro de terapia antirretrovírica, tendencia que también puede inducir el tratamiento en Guyana, donde la prostitución sigue siendo el factor de riesgo más importante de infección.
«Todavía se observan niveles de infección excepcionalmente altos entre las profesionales femeninas del sexo: 31% en Georgetown, por ejemplo», indica el informe, que también señala un 21% de varones infectados por VIH en la región de Demerara-Mahaica, en el noreste de Guyana.
El documento no evalúa la situación en Surinam por falta de datos nuevos y señala cierta estabilidad en Jamaica, donde el comercio sexual, esencialmente heterosexual, incide de forma predominante en los altos niveles de infección existentes.
«Las mujeres de mayor edad, con menores ingresos, que trabajan en la calle y consumen cocaína ’crack’ corren un riesgo máximo de infección», señala el documento onusiano en base a un estudio reciente.
El consumo de «crack» también es factor de riesgo importante en las mujeres de Trinidad y Tobago, mientras que el consumo de drogas intravenosas es el que más peligro supone en Bermudas y Puerto Rico, donde el informe señala una necesidad acuciante de programas eficaces «que incluyan los centros penitenciarios».