La Casa Blanca reaccionó hoy a la reanudación de relaciones entre Siria e Irak, apelando al régimen de Bachar al Assad a que ponga fin al flujo de combatientes extranjeros hacia territorio iraquí y adopte un «compromiso constructivo» con el gobierno de Bagdad.
«Hemos alentado siempre a los vecinos de Irak a respaldar y asistir al gobierno de unidad en Irak», dijo Gordon Johndroe, portavoz del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca.
«Siria debe demostrar que se compromete a una participación constructiva y a fomentar un Irak que se pueda gobernar, sostener y defender por sí mismo», sostuvo el portavoz.
«Uno de los primeros pasos que podría tomar Siria es fortalecer su frontera con Irak y detener el flujo de combatientes extranjeros hacia ese país», añadió.
Según el portavoz del ejército estadounidense en Irak, el general William Caldwell, cada mes entran en Irak desde Siria entre 50 y 70 combatientes unirse a los insurgentes contra las tropas de la coalición.
Irak había anunciado este mismo martes el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Siria, interrumpidas hace más de 25 años.
«Acabamos de llegar a un acuerdo en virtud del cual las relaciones diplomáticas rotas desde hace un cuarto de siglo han sido completamente restablecidas», declaró el ministro de Relaciones Exteriores iraquí, Hoshyar Zebari.
«La bandera iraquí ondeará así en Siria y la bandera siria será izada en Irak», añadió.
El canciller dijo que se acordó una cooperación más estrecha en seguridad, tras repetidas acusaciones de Estados Unidos de que Siria hace la vista gorda a los insurgentes sunitas que cruzan ilegalmente hombres y materiales al otro lado de la frontera.
Su contraparte de Siria, Walid Muallem, se había reunido el lunes con el primer ministro, Nuri Al Maliki, y con el presidente, Jalal Talabani, en la primera visita de un alto responsable sirio a Irak desde la caída de Saddan Hussein en 2003.
Siria denuncia «todos los actos terroristas contra Irak y sus instituciones», declaró Muallem.
«La sangre iraquí es valiosa y Siria está dispuesto a ayudar en la reconciliación entre los iraquíes para que Irak se reponga de sus heridas», añadió el ministro sirio.
Sin embargo, el primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, reprochó a Siria que no actúe para evitar la entrada de «terroristas» en Irak.
«Si Siria tiene diferencias con Estados Unidos, son sus problemas, pero no deben mantenerse a nuestra costa: rechazamos que un país de la región sea un paso o un santuario para las organizaciones terroristas que atacan Irak», declaró Maliki en una conferencia de prensa con Muallem.
En este sentido, el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, declaró este martes que Estados Unidos se encuentra «atrapado» en Irak, donde sus tropas no pueden quedarse ni partir.
«La cuestión de la presencia militar es difícil. De una cierta manera, Estados Unidos se encuentra atrapado en Irak, por el hecho de que no pueden quedarse, pero tampoco pueden partir», dijo Annan en rueda de prensa desde Ginebra.
En 1980, al comienzo de la guerra que estalló entre Irak e Irán, el régimen de Saddam Hussein rompió sus relaciones diplomáticas con Siria para protestar por el apoyo de Damasco a Teherán.
Aun cuando los dos países estaban dirigidos en ese entonces por el partido Baas, permanecieron sin contactos hasta la caída de Saddam Hussein, con excepción de un ligero acercamiento a fines de los años 1990.