Las más peligrosas


Bombas peligrosas. Un funcionario de Naciones Unidas sosteniendo una bomba de racimo encontrada en Israel.  foto archivo

Las BASM han sido catalogadas como las más peligrosas para los civiles.


Las bombas de racimo (BASM) o fragmentación, prohibidas por un tratado que hoy empezaron a firmar una centena de paí­ses, son especialmente peligrosas y mortí­feras para los civiles tanto durante como después de un conflicto armado.

Las BASM (por sus siglas en inglés, que también se conocen con el nombre de bombas clúster) están compuestas por un contenedor (obús, misil, cohete) que puede llevar hasta 650 minibombas.

Pueden ser disparadas por medios aéreos o terrestres (cañón, mortero, lanzagranadas) y se dispersan en un vasto perí­metro pero sin estallar al mismo tiempo, convirtiéndose así­ en minas antipersona, prohibidas por la Convención de Ottawa de 1997.

Según Handicap International, unas 100.000 personas, el 98% de las cuales eran civiles, murieron o quedaron mutiladas por su explosión en todo el mundo desde 1965. Más de un cuarto son niños, que las confunden con juguetes o latas de conserva.

De acuerdo con esa ONG, al menos 440 millones de submuniciones se dispersaron en todo el planeta desde entonces. De ellas, 383 millones se lanzaron o dispararon en tres paí­ses del sureste asiático: Laos, Vietnam y Camboya.

En Laos, el paí­s más afectado, la aviación estadounidense lanzó 260 millones de submuniciones entre 1964 y 1973, el equivalente a la carga de un bombardero B52 cada ocho minutos durante nueve años.

Al menos 33 millones de bombas de racimo aún no fueron neutralizadas.

El informe 2008 del Observatorio de Minas mostró una disminución del número de ví­ctimas de las bombas de racimo.

En 2007, una persona fue ví­ctima de esos artefactos cada 90 minutos, es decir, más de 5.000 al año. Hace diez años, la frecuencia era de una ví­ctima cada 20 minutos.

Estados Unidos, paí­s que no ha firmado la Convención de Oslo sobre la Prohibición de las BASM, tiene entre 700 y 800 millones de submuniciones.

Al igual que Estados Unidos, tampoco firmaron el tratado los demás grandes fabricantes de bombas de racimo: Rusia, China, Israel, India y Pakistán.