La semana anterior me referí al tablero de ajedrez, para tratar de graficar la interdependencia y el juego de poderes en las relaciones internacionales. La habilidad de los estados para mover sus piezas en el complejo mundo y los resultantes de la aplicación desde la política exterior.
Esta semana, como resultante de los ataques terroristas del miércoles 26 de noviembre en donde la sombra de sangre y muerte golpeó el corazón de la considerada la mas importante capital bursátil de la India y una de las mas importantes del Asia, Mumbay (Bombay), nuevamente me permito referirme en una forma comparativa a un juego de aplicación de habilidad mental; el efecto dominó.
Al detenernos a visualizar el mapa geopolítico del Asia central y el Medio Oriente que parte desde el Mediterráneo, pasando por la Bahía de Bengala hasta el Sudeste asiático, habrá que tener en cuenta una serie de variables que incluyen por supuesto la religiosa y sus implicaciones en los conflictos. Desde el Medio Oriente, pasando por Israel, Siria, Líbano, Jordania, Irak, Irán, Afganistán, Pakistán y la India, para posteriormente adentrarnos en el análisis de la península de Corea y la doctrina Juche del norte, empezaremos a dimensionar una zona considerada como estratégica en el equilibrio mundial.
Pero, ¿Qué esta sucediendo en la India?, pues bien, las connotaciones de un ataque dirigido en contra de objetivos civiles y primordialmente occidentales, denota que detrás de los atentados, por cierto tremendamente bien planificados y con una logística de precisión, se encuentra un grupo interesado no solamente en causar desolación y desasosiego, sino también en zozobra y tensión entre dos naciones tradicionalmente enfrentadas por largos años, no solamente por la visión religiosa contrapuesta, por un lado monoteísta y por otra politeísta, que además estructura los cimientos políticos y sociales, sino que además potencializado por una compleja situación limítrofe pendiente de resolverse en dos naciones con capacidad nuclear.
Tengamos en consideración algunos elementos importantes para los próximos años en esta importantísima región del mundo. Por un lado, el inminente retiro de las tropas estadounidenses de Irak, y el fortalecimiento de una estrategia de la lucha contra el terrorismo en Afganistán (que concentra mas de 25 mil elementos de fuerzas multinacionales y de la OTAN), anunciada por el próximo gobierno de los Estados Unidos; por otro lado, la posibilidad de futuras acciones militares en las regiones autónomas pakistaníes de Waziristán del Sur y del Norte y Baluchistán, de donde, según fuentes de inteligencia militar, se lanzan la mayor ataques contra las fuerzas de EE.UU. y de la OTAN en Afganistán. Habrá que tener en cuenta que precisamente en esas zonas se encuentran ubicados los campos de entrenamiento de Lashkar e-Taiba, el grupo ultra fundamentalista de Cachemira al que en primer momento se le atribuyó la autoría de las acciones y que posteriormente fuera reivindicado por otro grupo hasta ahora poco conocido «Deccan Muyaidín»
Como fuera, la acción terrorista de carácter militar en la India, por cuanto rompe con la tradicional inmolación suicida, deja en evidencia que los ataques lanzados, sabiéndose de un punto de no retorno, denotan que la situación que se vive a los dos lados de la frontera entre la India y Pakistán tienden paulatinamente al deterioro.
La presión política interna que sufre la más extensa democracia del mundo ha obligado al Presidente de la India a convocar a las fuerzas políticas hindúes a unir filas en momentos difíciles para la estabilidad interna. Por otro lado, en Pakistán, luego de la salida del poder de Pervez Musharraf, la dirigencia tiene que lidiar con la presión de los grupos radicales que consideran imposible la paz con su hermano vecino.
En esta misma columna me referí al dolor y consternación que me ocasionó el atentado contra objetivos civiles en un hotel de Islamabad recientemente. Igualmente consternado me encuentro ante la desolación que me ocasiona nuevamente un manotazo al tablero de ajedrez. Esperemos que la lógica, el dialogo y la razón priven a efecto de detener la intolerancia que como una sombra se asoma en esta zona de equilibrio de poder con capacidad nuclear.