Cristina Fernández, abogada y presidenta de la República Argentina, esposa del ex presidente Néstor Kirchner. Antes de presidir el Ejecutivo fungió como senadora nacional, por las provincias de Santa Cruz y Buenos Aires. Como primera dama, senadora y principal asesora del Gobierno de su esposo, ejerció gran influencia y se ganó una imagen que le valió vencer en las últimas elecciones presidenciales de su país.
Rosario Murillo, poeta y primera dama de la República de Nicaragua. Estudió idiomas y arte en Inglaterra y Suiza, domina cinco idiomas. Es coordinadora de los Consejos del Poder Ciudadano -grupos de base para la democracia directa-, vocera del Presidente y prácticamente declarada como cogobernante.
Sandra Torres de Colom; según algunos artículos fue empresaria de la confección. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación, con maestría en política pública. Está al frente de la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente -SOSEP- y del Consejo de Cohesión Social, entidades con las cuales realiza acciones de asistencia social destinadas a la población más desatendida del país.
Me pareció interesante revisar las similitudes de estas tres mujeres que ejercen gran influencia en sus tres respectivos países. Sin ánimo de victimizar, ni de hacer apología de ellas como figuras políticas, me parece justo señalar que las tres han sido fuertemente cuestionadas y señaladas de una forma que muchas veces raya en la misoginia, y por hacer carrera política junto con sus esposos.
A los tres gobiernos en los que participan se les califica de progresistas o socialdemócratas y las tres parecen no tener buena comunicación con los medios. Se han valido de la fuerza electoral de sus esposos para poder proyectarse, aunque esto puede justificarse por la cultura patriarcal que impera en nuestros países.
En el caso de Argentina, la ruta estratégica de pasar a ser de primera dama a presidenta funcionó. Aunque debe señalarse que Fernández sí obtuvo cargos electorales previos y participó en una sociedad al parecer más abierta, pues su principal oponente en los comicios presidenciales fue otra mujer.
Para el caso de Nicaragua y Guatemala, la ruta ha sido distinta. Murillo y Torres cuentan con cargos y los fondos suficientes para llegar a una masa popular muy grande -aunque también para realizar prácticas clientelares- con lo cual esperan ganar la popularidad que les permita ocupar el cargo que ahora ocupan sus esposos. Aunque esto depende de los aciertos y desaciertos que resulte de la gestión de ellos.
Y tan revelada es su estrategia que por ello son el principal punto de ataque de medios de comunicación y de la oposición -incluso más que el presidente-. Es así, porque saben que sus entidades, su público meta y sus presupuestos son un capital político-electoral para los futuros comicios.
Los fondos que requerirá Torres de Colom en 2009, fueron aprobados y al parecer serán muy fiscalizados por la prensa y el Partido Patriota, ojalá los intereses de ambos obliguen a que esos recursos lleguen a quien los necesita.