Ahora… «plan navideño»


No puedo creer que los chapines tengamos cerebro de mosquito para que se nos haya olvidado que a través del tiempo, la tónica de los gobiernos ha sido siempre clara y definida. Primero, chillan hasta lo imposible porque el Ministerio de Gobernación y sus dependencias carecen de los recursos suficientes para contar con el personal, armas, vehí­culos y demás equipo necesario para combatir eficazmente a la delincuencia y segundo, aprovechan hasta la más ridí­cula mejora o adquisición para montar tremendo show propagandí­stico, mejor si es con desfiles y su respectiva concentración en la Plaza de la Constitución. ¿Cuántos de estos espectáculos nos ha tocado ver desde el fracasado reciclaje de la Policí­a Nacional de Arzú, pasando por los gritos de Portillo, las payasadas de Berger y el incumplimiento de Colom?, ¿van muchos verdad? Para seguir igual, de rodillas, sujetos a lo que dispongan las maras, la vulgar delincuencia común o la llamada «organizada», como se ha dado en llamar a cuanta cosa se les haya ido a nuestras autoridades de las manos.

Francisco Cáceres Barrios

Para no ir tan lejos, la semana pasada y en la presente los delincuentes siguen sentando sus reales, fuera atracando 14 locales de un centro comercial de la Zona 10; vaciando una bodega de materiales eléctricos; matando a los choferes y ayudantes del transporte colectivo y tantos más seres humanos que caen inmisericordemente al accionar las más sofisticadas armas de ataque, ante los asombrados ojos de la población que estupefacta comprueba la ausencia de la autoridad, salvo hasta cuando después de ocurridas las tragedias, acuden velozmente a tiempo para salir en las fotos y videos de los medios de comunicación, haciendo como que cumplen con sus deberes y obligaciones.

Claro, de ahí­ resultan las peticiones de paciencia, como seguir dando las esperanzas de siempre… no se preocupen? ya viene «el plan navideño»? ¡ahora sí­ combatiéremos eficazmente a la delincuencia! ¡Pamplinas! Seguimos igual que antes, sin estrategia, sin prevenir el delito, sin poder anticiparse a los acontecimientos, mientras los señorones funcionarios sí­ se pueden dar el lujo de viajar en sus lujosos vehí­culos acompañados de costosas motocicletas y coleros diciendo «dónde te pongo que el sol no te de».

A los sobradamente pacientes chapines nos ha tocado ver desfilar en los puestos claves de la seguridad ciudadana a abogados, militares, publicistas, filósofos y de no sé cuántas profesiones, ocupaciones u oficios más sin lograr resultados positivos, de donde pregunto: ¿no es demostración contundente que no sólo los casi Q50 mil millones aprobados para el presupuesto del 2009 son suficientes para alcanzar el éxito de este gobierno? El secreto no está en el dinero, sino en saber qué hacer con él, por ejemplo, seleccionar a las personas más idóneas, aptas, honestas y preparadas para ocupar cargos en la administración pública. No hacerlo, nos ha llevado al despeñadero? ¿vamos a seguir igual?