El gobierno de Romano Prodi destituyó al jefe de los servicios de inteligencia militar de Italia, general Nicolo Pollari, quien era investigado por su papel en el presunto secuestro de un ex imán egipcio, cometido por agentes de la CIA en Milán (norte) en 2003.
El general Pollari, que fue reemplazado por el almirante Bruno Branciforte, era objeto de duras críticas por parte de la prensa y ambiente políticos desde hace varios meses tras la apertura por parte de los jueces de Milán de una investigación judicial por el secuestro del ex imán egipcio.
Junto con el alto oficial, varios miembros de los servicios de inteligencia militar fueron acusados de complicidad.
Entre las personas involucradas figuran 26 agentes de la CIA estadounidense, cuya extradición es reclamada por la justicia italiana.
El ex imán Abu Omar, de nacionalidad egipcia, cuyo nombre real es Nasr Osama Mostafa Hassam, de 43 años, fue secuestrado en una calle de Milán el 17 de febrero de 2003 y estaba siendo investigado por terrorismo internacional y por pertenecer a una célula extremista islámica tras los atentados en Estados Unidos de septiembre de 2001.
Según la prensa, el imán fue conducido por los agentes secretos a la base militar estadounidense de Aviano, en el norte de Italia, donde fue interrogado durante varias horas, golpeado y luego enviado en un vuelo ilegal a El Cairo, donde Omar sostiene que fue torturado.
Los responsables del SISDE (servicio de inteligencia interna) y del CESIS, una estructura que coordina las actividades las agencias italianas de inteligencia, también fueron remplazados.
El jefe de gobierno italiano de centro-izquierda, Romano Prodi, aseguró que se trata de un «cambio natural» del sistema de rotación en las agencias de inteligencia.
Para la prensa italiana, todos esos cambios fueron hechos para no desestabilizar a los miles de militares que se encuentran en el extranjero en regiones peligrosas como Irak, Líbano y Afganistán.
«Hemos escogido personas con mucha experiencia, que han obtenido excelentes resultados profesionales y que no tienen conexiones políticas», declaró Prodi.
El secuestro del imán ha tensado las relaciones entre el gobierno italiano y Estados Unidos.
El que fue ministro de Justicia del anterior gobierno de Silvio Berlusconi, Roberto Castelli, se había negado a pedir a Washington la extradición a Italia de los 26 agentes de la CIA que participaron en el secuestro.
La justicia italiana también ha pedido al actual ministro del ramo, Clemente Mastella, que solicite a Estados Unidos la extradición a Italia de estos agentes, a pesar de que ya son objeto de un mandato de detención europeo.
Los vuelos secretos de la CIA en territorio europeo están siendo estudiados por el Consejo de Europa y en particular por el parlamentario Dick Marty, y han suscitado indignación en varios países.
Pollari fue acusado por uno de sus colaboradores de haber falsificado documentación para involucrar en el caso al actual primer ministro, Romano Prodi.
El general Pollari, de 63 años, fue nombrado por Berlusconi para remplazar al almirante Bruno Branciforte, de 59.
El gobierno de Prodi anunció en su programa electoral su voluntad de reformar los servicios de inteligencia para que sean más eficaces y estén mejor controlados por el Parlamento.
La mayoría de izquierda se felicitó por los cambios, aunque se lamentó por el hecho de no haber sido consultada.