Los peruanos eligieron ayer a sus autoridades regionales y municipales en una jornada tranquila en la que el derechista Luis Castañeda Lossio fue reelegido con amplia ventaja como alcalde de Lima, la principal plaza política del país.
Cerca de 16,6 millones de peruanos acudieron a las urnas para elegir a unos 12.500 funcionarios regionales y municipales, en unos comicios caracterizados por la apatía de los electores y aislados hechos de violencia en las últimas 48 horas.
Los peruanos volvieron a las urnas cinco meses después de haber elegido a su presidente, dos vicepresidentes y 120 legisladores, que devolvieron al poder a Alan García, quien fungió como jefe de Estado entre 1985 y 1990.
Durante la campaña la confrontación se planteó con un claro perfil local, con participación de una gran mayoría de aspirantes no identificados con los partidos políticos nacionales, según coincidieron analistas.
Los grandes líderes nacionales -el nacionalista Ollanta Humala, la derechista Lourdes Flores y el propio presidente García- tuvieron una escasa participación en la campaña, lo que no permite dar a esta elección un sesgo plebiscitario sobre la gestión del gobierno o las acciones de la oposición.
En Lima la elección se vivió con relativa indiferencia dado que se daba por descontada la reelección del alcalde Castañeda.
Según los sondeos a boca de urna, Castañeda Lossio fue elegido para el periodo 2007-2011 por amplio margen.
La empresa Apoyo le dio el triunfo a Castañeda Lossio por 50,7%, seguido de Benedicto Jiménez, del oficialista Partido Aprista Peruano con 12,7%, y en tercer lugar el pastor Humberto Lay, de Restauración Nacional con 12,6%.
Para la empresa CPI, Castañeda Lossio alcanzó el 56%, Humberto Lay 13,5% y Benedicto Jiménez 11,5%.
La jefa de la Organización Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Magdalena Chu, dijo que las elecciones se desarrollaron con normalidad aunque con retrasos en la instalación de algunas mesas, lo que provocó quejas de los votantes.
El ministro de Defensa, Allan Wagner, informó que se registraron incidentes que obligaron a la ONPE a cerrar los centros de votación e interrumpir el proceso electoral en cinco poblados.
Entre viernes y sábado se produjeron dos incidentes que obligaron al jefe de la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), Moisés Benamor, a solicitar una investigación a las autoridades peruanas.
En el más grave, sucedido el sábado, un militante del APRA fue muerto de dos tiros cuando vigilaba los afiches de su agrupación política en la ciudad de Chimbote, 440 kilómetros al norte de Lima.
El viernes una candidata a la presidencia del gobierno regional de Tacna (en la frontera con Chile) salió ilesa de un ataque a tiros. Ella pertenece al nacionalismo (oposición).
En la jornada de este domingo el gobierno movilizó a unos 88 mil policías y unos 2 mil fiscales para brindar seguridad.
La Defensoría del Pueblo informó que ocurrieron 16 casos de violencia en el interior del país durante la campaña electoral, además de acciones subversivas para incitar a la población a no votar.
Señaló además que presuntos miembros del movimiento maoísta Sendero Luminoso se desplazaron por los distritos de Colcabamba y Huachocolpa, departamento de Huancavelica (centro andino de Perú), incitando a la población a no votar.