Unos 10 mil manifestantes antigubernamentales sitiaron hoy por la mañana las oficinas provisionales del gobierno en el antiguo aeropuerto de Don Mueang, en el segundo día de protestas, aunque el primer ministro, Somchai Wongsawat reafirmó que fue elegido democráticamente.
«Mi gobierno proviene de una elección constitucional», dijo Somchai a la agencia de prensa estatal Thai National News Agency en el vuelo que lo traía de regreso a Bangkok desde Lima, donde participó el fin de semana en la Cumbre del Foro Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
«Pretender pasar por encima de ello o resistir al gobierno significa una rebelión», afirmó Somchai.
El primer ministro reveló que había convocado a las instancias de seguridad del gobierno a su llegada mañana a Bangkok y advirtió a los manifestantes contra cualquier acción en el aeropuerto internacional de Suvarnabhumi, el principal del país.
El primer ministro tailandés y su gabinete instalaron sus oficinas en el antiguo aeropuerto de Don Mueang, en desuso, en el otro extremo de Bangkok desde agosto, dado que desde el 26 de ese mes la sede del gobierno está ocupada por los manifestantes.
Un portavoz del gobierno, Nattawut Saikaur, indicó que los líderes de la protesta serán llevados a los tribunales y dijo que la policía ha recabado pruebas contra ellos.
«El gobierno considera que esas acciones de protesta son anticonstitucionales y no democráticas. Por lo tanto, serán demandados en aplicación de las leyes vigentes», dijo el vocero a la prensa.
Los manifestantes, que ayer colapsaron la ciudad, responden a una convocatoria de la Alianza del Pueblo por la Democracia (PAD), una coalición monárquica.
«Hay alrededor de 10 mil manifestantes en Don Mueang», declaró hoy un portavoz de la policía. Los manifestantes llegaron al amanecer a bordo de aubuses, camiones y automóviles privados, uniéndose así a cientos de personas que acampaban en el lugar desde ayer.
«Estamos preparados para una largo sitio, como en la Casa del Gobierno», declaró Sawit Kaoewan, un líder de los manifestantes, que hablaba a la multitud reunida en torno al aeropuerto.
Sawit, que es también secretario general de la principal confederación sindical de Tailandia (190 mil miembros), afirmó que una huelga general iba a empezar hoy en los servicios públicos, pero ninguna señal de paro se había señalado por la mañana.
El PAD, fundado en 2006, con respaldo entre la clase media, y apoyo de militares, de jueces y del palacio real, según la prensa, contribuyó por entonces a desestabilizar al gobierno de Thaksin. Rechaza una democracia electoral, pues considera que ésta «alienta la corrupción», y aboga por un nuevo sistema político en el cual el 70% de los parlamentarios sean designados y no elegidos.
Las manifestaciones ayer y hoy son el más reciente episodio de una interminable crisis política que sacude a Tailandia desde hace dos años.
Thaksin, un poderoso empresario de 59 años de edad, oriundo del norte de Tailandia, fue primer ministro durante cinco años, antes de ser derrocado por generales monárquicos en septiembre de 2006. Desde entonces está refugiado en el extranjero.
Sus lugartenientes volvieron al poder en las elecciones legislativas de diciembre de 2007, las primeras desde el golpe. El actual gobierno está dirigido por Somchai Wongsawat, cuñado de Thaksin.
En una entrevista publicada por la revista Arabian Business, Thaksin declaró que tiene intenciones de volver a la política.
«Rápidamente devolveré la confianza a Tailanda. Debemos encontrar un mecanismo para que pueda volver. Por eso debo decirle que volveré a la política», afirmó Thaksin, condenado en ausencia a dos años de cárcel en su país por haber violado una ley anticorrupción.
Nattawut Saikaur
Vocero del gobierno tailandés