La fuerza de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas en la República Democrática de Congo (MONUC) advirtió hoy que el refuerzo de 3 mil cascos azules decidido por la ONU no representa una solución a la «muy volatil» situación en la RDC.
Por su parte, el gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) celebró la decisión de Naciones Unidas de enviar cascos azules suplementarios al este del país, aunque también pidió que el mandato de MONUC sea reforzado.
«Es una decisión que todos deseábamos», declaró el portavoz del gobierno y ministro de Comunicación y Prensa, Lambert Mende Omalanga.
Ayer en Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una resolución por la que incrementa hasta el 31 de diciembre la MONUC en más de 3 mil hombres.
La MONUC ya cuenta con 17 mil cascos azules, 5 mil de ellos en la provincia de Kivu Norte (este), donde los combates entre la rebelión y el ejército regular se reanudaron a finales de agosto.
Unos 1.300 cascos azules uruguayos participan en la fuerza de paz de la ONU en la RDC, 629 de los cuales se encuentran apostados en la zona de los combates.
El ministro uruguayo de Defensa, José Bayardi, anunció la semana pasada su intención de evaluar la permanencia de las topas uruguayas en la MONUC, aunque una decisión de esa naturaleza podría poner en peligro la presencia uruguaya en el resto de las misiones de paz de la ONU.
«La concepción del mandato de la MONUC debe revisarse (…) hace falta darle un mandato más apropiado para adaptarse a las circunstancias sobre el terreno», consideró Mende, afirmando que los medios de los que dispone son insuficientes.
La MONUC, que opera bajo el capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas en el que se autoriza el uso de la fuerza, está habilitada para usar todos sus medios para proteger a la población.
Esta fuerza de mantenimiento de la paz ha sido sido muy criticada por no haber logrado proteger a las 250 mil personas desplazadas por los combates, víctimas de las atrocidades del fuerzas rebeldes y gubernamentales.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) afirmó desde Ginebra que está «cada vez más preocupado» por la seguridad de 67 mil civiles congoleños hacinados en los campos de desplazados en torno a Goma (este) y que todavía no pudieron ser evacuados como estaba previsto.
El portavoz militar de la MONUC, el teniente coronel Jean Paul Dietrich, advirtió por su parte de que la Misión necesita refuerzos adaptados a una crisis «muy volatil».
«La MONUC necesita fuerzas móviles bien entrenadas y bien equipasdas», afirmó en respuesta a críticas de los líderes occidentes sobre la falta de firmeza de esta misión, principalmente constituida por países asiáticos.
«Queremos tropas de infantería. Queremos tropas con movilidad. También hemos pedido ingenieros. Corresponde ahora a los países constituyentes enviar tropas adaptadas a las necesidades» del terreno, agregó.
«Los 3 mil soldados adicionales no cambiarán nuestra tarea principal, que consiste en proteger a la población civil», agregó.
Por su parte, el presidente congoleño, Joseph Kabila multiplicó hoy las iniciativas diplomáticas, anunciando una cumbre extraordinaria de la Comunidad Económica de Estados de Africa Central (CEEAC) la semana próxima, al tiempo que partía hacia el Congo Brazzaville, Angola y Gabón para reunirse con sus homólogos.
La rebelión del líder tutsi congoleño Laurent Nkunda afirmó por su lado que un grupo armado hutu ruandés, aliado del ejército de la RDC, se disponía a ocupar hoy una zona que los rebeldes evacuaron unilateralmente hace unos días pidiendo a la MONUC que se hiciese cargo de «que ninguna otra fuerza las ocupara».
La rebelión de Laurent Nkunda afirmó hoy que un grupo armado aliado del ejército congoleño se dirigía hacia una zona que los rebeldes evacuaron unilateralmente hace unos días en el este de la República Democrática de Congo (RDC).
Los rebeldes hutus ruandeses de las «FDRL (Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda) avanzan hacia la localidad de Kinyandoni para reforzar un frente (de las milicias progubernamentales) mai-mai», afirmó el portavoz de la rebelión, Bertrand Bismwa.
Kinyandoni está situada a unos 80 km al norte de Goma, capital de la provincia de Kivu Norte, en la zona evacuada unilateralmente desde el martes por la rebelión. Las tropas rebeldes se enfretaron ayer con micilianos mai-mai en este sector.
Los rebeldes del líder tutsi congoleño Nkunda decidieron el martes retirarse unos 30 a 40 km de la línea de frente al norte, afirmando querer dar así «una oportunidad a la paz» y «confortar» los esfuerzos de mediación del enviado especial de la ONU en la RDC, Olusegun Obasanjo.
La rebelión pidió sin embargo que la Misión de Naciones Unidas en la RDC (MONUC) se hiciese «cargo de la seguridad en esas zonas de separación» y se asegurase «de que ninguna otra fuerza las ocupa», en referencia a las FDRL, a la milicia mai-mai y al ejército congoleño, con el que colaboran.