Al hablar sobre el uso y abuso de drogas ilícitas y de recetas médicas hoy día, no es lo mismo de lo que hablábamos en el Segundo Congreso Nacional Contra la Drogadicción, efectuado en la cabecera departamental de Huehuetenango en el año 1972. Hoy día tenemos una sociedad más compleja, más tipos de drogas que adictan más rápido a las personas y personas más débiles en su carácter que les facilita a los «pushers» a vender su producto.
Es aquí donde muchos columnistas se fijan únicamente en la parte económica de la oferta y demanda del «negocio» y ni consideran el daño que esas drogas ilícitas y de receta médica puedan tener en el sistema biológico del ser humano. No digo un equilibrio de estar encima de un TITTER – TOTTER sino en equilibrio o balance, si quiere, de los juicios del área del lóbulo prefrontal y el sistema límbico, la amígdala, que controla las emociones. No digamos el daño y pérdida de neuronas, dentrites y axones con su respectiva mielina que en sí debilitan al ser humano en todas sus acciones ejecutivas y conductas observables.
Diga NO a las drogas no es fácil para muchas personas. Es aquí que hay que tomar más en cuenta el ser humano y no solamente un aspecto económico, si se libera la venta de las drogas o no. Este es el problema en la sociedad, hoy día, el ser humano es considerado únicamente un consumidor, OBJETO, TARGET y punto.
A continuación quiero apuntar una docena de razones por las cuales un joven adolescente o adulto deben decir NO a las drogas:
1. Las drogas no distinguen entre las personas. Usted no necesita ser drogadicto para morir de una sobredosis o una respuesta negativa de su cuerpo. ¡DIGAN NO…!
2. Dicen que no hace daño fumar mariguana, que es hasta medicinal. Sin embargo, el fumar mariguana puede alterar la capacidad de su cerebro, a tomar buenas decisiones y especialmente si está mezclado con licor. ¡DIGAN NO….!
3. El uso una vez, de algunas drogas como cocaína produce un exceso de la dopamina y puede causar la necesidad de continuar su uso. La dopamina es un neurotransmisor de placer, de estar alegre en un grupo y es exactamente lo que un joven quiere para ser aceptado en un grupo de «amigos». ¡DIGAN NO…!
4. Los jóvenes muchas veces dicen que ellos sí pueden tomar drogas recreativas y no les afectan. La droga tarde o temprano escala al siguiente nivel de tolerancia y poco por poquito se vuelve dependiente de las drogas. ¡DIGAN NO…!
5. Los jóvenes muchas veces, no entienden que las drogas les afectan en una u otra forma su salud. Ellos creen que su cuerpo sí aguanta el «impacto» que las drogas tengan en sus cuerpos y cerebro. ¡DIGAN NO….!
6. Hemos visto en los últimos diez años, si no más, que el uso de las drogas, alcohol, cigarrillos, y los otros que tanto hablan, se inician su uso en jóvenes mucho más joven. Los preadolescentes y adolescentes están cada vez más metidos en esta «onda». ¡DIGAN NO…!
7. Cuando un joven dice, «sólo lo voy a probar una vez, no me puede suceder que me agarra como una adicción», pues esa mentalidad es equivocada. ¡DIGAN NO…!
8. Para sostener un hábito del consumo de las drogas, jóvenes y adultos caen en la «comercialización», la venta de la misma. ¡DIGAN NO…!
9. La mezcla de las drogas con el licor, la música de letra incitatoria, cigarros, estar en grupo de amigos que retan a otros, puede ser una combinación mortal. ¡DIGAN NO…!
10. Las nuevas drogas que son puramente químicos mezclados o sea «diseñadores» son sumamente peligrosos y crean mucha dependencia, a veces mil veces más potentes que la heroína. ¡DIGAN NO….!
11. La constitución física, moral, emocional y mental de una persona puede ser tal que con unas cuantas bebidas alcohólicas puedan volverse adictos. No digamos si usan drogas ilícitas. ¡DIGAN NO…!
12. Por último he dejado talvez el punto más importante. El amor de la familia (problema de la sociedad – no tener familia), la educación (cada escuela o colegio deberán tener una «Prevención del consumo de las drogas»). Autoestima (ese punto es precisamente lo que hace la diferencia para decir sí o NO), y una espiritualidad interna que cree en un poder más grande que uno mismo. Esas son las armas mejores contra las drogas. ¡DIGAN NO…!
La profundidad del amor y la interrelación entre padres de familia y sus hijos, de todas las edades, produce la CONFIANZA necesaria para que ambos puedan COMUNICARSE abiertamente sobre todos los temas y en especial sobre el asunto de las drogas.
¡DIGAN JUNTOS, NO…!