Signos preocupantes de la globalización


En la época de vacas gordas, la globalización era presentada como panacea de la economí­a mundial pero todo mundo sabí­a que a la hora de una crisis, su efecto podrí­a ser devastador al generar reacciones en cadena. Actualmente uno de los sectores más golpeados por las dificultades económicas y de hecho el detonador de gran parte de la crisis es el financiero en el que también se ha ido notando un avance sostenido de la relación global, lo que coloca a muchos en posición vulnerable.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Ayer fue un dí­a negro para Citigroup, entidad que recién inició operaciones en Guatemala y por lo tanto lo que les ocurra tiene que ser visto con detenimiento aquí­. Para empezar habí­an anunciado ya un recorte de personal que significaba la eliminación de nada más y nada menos que 52 mil empleos para enfrentar las dificultades y entre los primeros que se fueron estaba el jefe del departamento de opciones estratégicas globales de la corporación. De hecho esas noticias ya eran poco alentadoras pero en la jornada de ayer las acciones de Citigroup perdieron 23% de su valor. Según las informaciones, el único precedente habí­a sido en el colapso del mercado de 1987, cuando el bajón fue de 21.7 por ciento.

Los mercados financieros mundiales están cada vez más relacionados entre sí­ y los problemas de una entidad del tamaño y ramificaciones de Citigroup evidencian la dimensión global de la crisis. Especialmente ahora que el gobierno de Bush anunció ya, por medio de su secretario del Tesoro, que no habrá inyección de recursos para nadie hasta que asuma la nueva administración en enero, lo que significa que durante dos meses exactos las empresas y bancos están librados a su suerte y a la capacidad de sus ejecutivos para evitar colapsos.

En Guatemala los bancos pidieron a la Junta Monetaria medidas para aumentar su liquidez y de esa forma atender la demanda de sus clientes que necesitan financiar diverso tipo de operaciones. Las autoridades monetarias anunciaron anoche que analizan un paquete de medidas que pueda cumplir con ese objetivo y así­ evitar que por falta de créditos pueda agravarse más la espiral de la crisis.

Sin embargo, sigo pensando que nuestras autoridades están pecando de demasiado optimismo al asegurar que ni remotamente vamos en rumbo a una recesión porque ajustaron sus previsiones de crecimiento económico y las fijaron en más de tres por ciento para el año próximo. Hay una desaceleración del crecimiento, dicen, pero no podemos pasar por alto que no vivimos en una burbuja sino que nuestra economí­a depende muchí­simo de lo que pase afuera y las previsiones en Estados Unidos y Europa son poco alentadoras.

En otras palabras, la globalización significó beneficios en la época de bonanza, pero también significa problemas en épocas de crisis y eso lo tenemos que entender con claridad. No hace falta que un banco con problemas tenga sucursal en Guatemala para que se perciban los efectos, puesto que el cierre de lí­neas de crédito del extranjero repercute en la capacidad de nuestro propio sistema para proveer de recursos al sector privado.

Tenemos que ver con mucho detenimiento lo que ocurre en el mundo porque quiérase o no, sopapos como el que ayer sufrió la bolsa en Nueva York, afectando a muchos bancos como el de América, J.P. Morgan y especialmente Citigroup, tarde o temprano repercuten en nuestra realidad económica.