Vargas Llosa indaga en Onetti


Mario Vargas Llosa, escritor peruano, presentó hoy su libro en torno a la obra de Juan Carlos Onetti, su colega uruguayo ya fallecido (tomado de Wikipedia).

El mundo imaginario en el que se refugió el escritor uruguayo Juan Carlos Onetti y que plasmó en su obra, centra el nuevo ensayo del peruano Mario Vargas Llosa, que presentó hoy en Madrid.


«El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti» es «un ensayo que se refiere a un aspecto central pero no el único de la obra de Onetti»: «esa especie de dialéctica entre el mundo real y el imaginario, como un refugio, como una escapatoria posible para quienes (…) no quieren caer en el suicidio», explicó Vargas Llosa en conferencia de prensa.

El libro surgió a partir de un curso de seis meses que el escritor peruano impartió en 2006 en la universidad estadounidense de Georgetown.

Pero «nació con el entusiasmo que me produjo descubrir a Onetti en los años 60», confesó.

«Todo lo que leí­ de él, todo me pareció interesante, importante y durante años viví­ con la tentación de hacer una obra sistemática de Onetti», admitió Vargas Llosa.

Ya en ese momento quedó «convencido de que Onetti era uno de los grandes escritores de nuestra época, uno de los primeros a los que se podí­a llamar modernos», definió.

En una época de literatura latinoamericana «muy provinciana, regionalista, marcada por el tradicionalismo y el folclor», Onetti es «un maestro de la estructura literaria», con una obra de «extraordinaria coherencia».

«No sólo tiene un sentido absolutamente moderno, sino que además escribe en un lenguaje que no tiene nada que ver con un lenguaje postizo que inundaba buena parte dde la literatura latinoamericana y también en España», estimó.

Para Vargas Llosa, el mundo de Onetti (1909-1994) «es un mundo negro marcado por el pesimismo, marcado por la idea de que detrás de todas las acciones humanas habrá frustración; es un mundo de suicidas».

Pero en el autor de «La vida breve», «Juntacadáveres» y «El astillero» «el pesimismo es relativo, tení­a un lí­mite. Con su vocación, con su trabajo, de alguna manera lo desmentí­a» y la literatura fue para él como «un antí­doto de ese pesimismo».

El escritor peruano también ve «en la obra de Onetti una metáfora de la América Latina del siglo XX».

Esa obra «desasida de referencias históricas, sociales», con ese «pesimismo tremendo que la recorre, puede parecer una fuga» de la realidad latinoamericana de la época.

«Pero creo que la obra de Onetti –él no pudo prever– es profundamente latinoamericana, es una obra de la frustración, todos los personajes de Onetti son frustrados», mientras que en la región eran «barridos» «todos los intentos de democratización», según Vargas Llosa.

Además, «aunque Onetti despreciara la polí­tica, le contaminó» y su obra «también se puede leer de esta manera, como una involuntaria alegorí­a del gran fracaso de América Latina».

El escritor uruguayo «es en buena parte una hechura de su paí­s –no hubiera leí­do lo que leyó si no hubiera vivido en otro paí­s–«, es decir, nació en un paí­s moderno y culto, y esto «explica una parte pero no todo».

«Habí­a una parte personal: sus fobias, su timidez, su incapacidad de lucha por la vida. El era un personaje totalmente desprovisto de armas para entrar en esa selva que es la vida, todo eso se convierte en material para escribir», describió.

El autor peruano dijo haber «gozado tratando de entender a un gran escritor», y espera que el ensayo «contribuya a aumentar los lectores de Onetti, a pesar de ser un gran escritor, no está suficientemente leí­do».

Vargas Llosa acaba de regresar de la República Democrática del Congo (RDC, ex Zaire), de un viaje de dos semanas para preparar su próximo libro sobre el irlandés Roger Casement, que fue cónsul británico en esa colonia y denunció los abusos contra los indí­genas en el Congo y en la Amazoní­a.

El escritor viajó a ese paí­s africano, que vive actualmente un conflicto armado en el este, gracias a la ayuda de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF).