OJOS MARCHITOS


Cuando recibió el pago de su primer quincena de trabajo, la joven Marí­a Nova supo que harí­a con ese dinero.

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

Pasó a una floristerí­a y compró el ramo de rosas rojas más caro y hermoso.

Ellas expresaban el amor y agradecimiento que por su madre sentí­a; al trabajo de la señora como costurera, la chica sacó su doctorado en medicina.

Llegó al hogar y, con infinita ternura, le ofrendó un beso y las flores a su progenitora; ésta mientras lloraba, sólo acarició sus pétalos y percibió el fragante aroma, pues no podí­a ver.

Hací­a dos años que, a causa de tejer en las noches se habí­a quedado ciega.

CUANDO DIOS PENSí“ EN EL SACRIFICIO, CREO A LAS MADRES