Unos pocos lugareños evacuados por la erupción del volcán chileno Cordón Caulle recibieron autorización el domingo para volver a sus casas, mientras que las cenizas seguían afectando la aeronavegación en Nueva Zelanda y Australia.
Empero, la mayoría de los evacuados —unos 4 mil— de las regiones de Los Ríos y de Los Lagos seguirá en albergues por el peligro latente de flujos de lodo o avalanchas de material volcánico, según determinaron el domingo expertos del Servicio Nacional de Geología y Minería, Sernageomín.
La gigantesca fumarola de gases y cenizas, que al comienzo de la erupción el 4 de junio alcanzó entre 10 y 12 kilómetros de alto por seis de diámetro, afectó principalmente los vuelos comerciales y de carga.
El fin de semana fueron suspendidos algunas decenas de vuelos en Nueva Zelanda y Australia por los daños que la fina ceniza volcánica puede ocasionar en los motores de los aviones.
Durante la última semana también se suspendieron vuelos en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
Especialistas del Sernageomín sobrevolaron el sábado las zonas afectadas por la violenta erupción del Cordón Caulle, unos mil kilómetros al sur de Santiago, y concluyeron que el área norte del macizo sigue con peligro de sufrir ríos de lodo o avalanchas, y que el sector oriente y la ladera oeste del volcán Puyehue están cubiertas de cenizas.
Los evacuados de esa zona deberán seguir en albergues, mientras que los residentes del lado suroeste del Cordón Caulle y de una parte del volcán Cordillera Nevada, que presentan poca ceniza y donde el peligro de flujos de lodo «no existe», podrán retornar a sus hogares.
El Sernageomín dijo el domingo que los sismos han disminuido a unos cinco por hora, muy lejos de los 240 por hora que se registraban el sábado antepasado.
En la región de Los Ríos hasta ahora la actividad más dañada es la salmonicultura radicada en un sector del río Nilahue, que aumentó su caudal por las fuertes lluvias durante la última semana. Se cubrió de cenizas y piedras pómez, y la temperatura de sus aguas se elevó de cinco a 45 grados centígrados.
La salmonera Nilahue perdió más de cuatro millones de especímenes jóvenes —otros cinco millones alcanzaron a ser reubicados_, sin contar los costosos daños a sus instalaciones, dijo Martín Erlwein.
En la vecina Bariloche, en Argentina, una de las más afectadas por las cenizas volcánicas de los primeros días, existe temor de que disminuya la actividad turística invernal, la principal actividad económica del lugar en los meses de invierno.
Las organizaciones gremiales de la argentina Villa La Angostura exigieron al gobierno provincial y central que se declare emergencia social y económica. El secretario ejecutivo de Emergencia y Desastre agropecuario del gobierno argentino, Haroldo Lebed, anunció el domingo que «vamos a declarar la emergencia nacional», para «ayudar con fondos de la nación a los productores afectados», según indicó la agencia oficial Telam.
Las cenizas son arrastradas por la cambiante dirección de los vientos, por lo que no se puede descartar que, por ejemplo, la nube de cenizas vuelva a instalarse sobre ciudades argentinas fronterizas.
En la capital argentina, donde los vuelos habían comenzado a normalizarse el sábado una vez que despejó la nube de partículas volcánicas, las condiciones volvieron a desmejorar y las autoridades decidieron «limitar las operaciones aéreas» en el aeropuerto Jorge Newbery a partir de la noche del domingo, según informó en un comunicado la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
Los expertos señalan que la actual actividad volcánica moderada puede incrementarse en cualquier momento.