Les cae bien, lo aman, pero los talentosos humoristas y dibujantes estadounidenses no van a tardar en atacar al presidente electo Barack Obama con sus lenguas mordaces y virulentas caricaturas.
El dibujante satírico Ted Rall dice que está impaciente por olvidarse del actual presidente republicano George W. Bush. «Burlarse de él es tan fácil…, es cosa de niños», aseguró en un debate sobre humor organizado en un teatro de Nueva York tras la elección del senador demócrata negro a la Casa Blanca.
«Ocuparse de Obama va a ser mucho más divertido», anticipó.
El humor político pasa por un período de gloria en Estados Unidos, donde el popular show televisivo del sábado a la noche «Saturday Night Live» bate en NBC todos los récords de audiencia y se convirtió incluso en fuente de información.
La mayoría de los artistas estadounidenses son demócratas convencidos y sus blancos de burla preferidos son los republicanos. En particular, la gobernadora de Alaska, Sarah Palin, que desde su aparición en la escena política como compañera de fórmula de John McCain -a fines de agosto- se convirtió en víctima predilecta de los humoristas.
Ahora los comediantes se dedican a estudiar a Obama.
«Es distante, acartonado, va a ser algo fascinante», dijo Rall, que proclama orgullosamente sus convicciones liberales.