Los ministros de Economía de las 20 principales economías mundiales –entre ellos Brasil, México y Argentina– se reunirán este fin de semana en Australia para abordar el difícil dilema de mantener un fuerte crecimiento económico y preservar la ecología del planeta.
La segunda ciudad de este país-continente se hallaba en gran parte paralizada hoy por un importante dispositivo de seguridad, ante la presencia de unos diez mil manifestantes anunciada por las organizaciones antiglobalización de Australia.
El G20, a diferencia de otros grandes cónclaves de la alta finanza internacional, no había generado hasta ahora manifestaciones violentas.
El foro del G20, llamado «Financiero» para distinguirlo del grupo del mismo nombre que congrega a países emergentes para defender intereses comerciales comunes, está integrado por los mayores consumidores actuales de oro negro (Estados Unidos, Unión Europea, Japón), los que pronto lo serán (China e India) y algunos de los mayores productores (Arabia Saudita, Rusia, México).
«Se trata del mejor foro para abordar estos problemas», aseguró el secretario australiano del Tesoro, Peter Costello, que preside la cumbre.
Pero no basta con «construir y mantener la prosperidad», tema de la reunión de este año; también es necesario abordar el problema de recalentamiento climático, que «centrará buena parte de las conversaciones», indicó hoy Costello.
«No se puede hablar de cotizaciones (de las materias primas energéticas) sin referirse a las emisiones» de gas de efecto invernadero, recordó el ministro.
Este tema, que no estaba inscrito en el orden del día, fue también colocado en la agenda por el número dos británicos de Finanzas, Stephen Timms.
«Todo el mundo es consciente de la urgencia. Hay que generar un consenso para establecer un mercado internacional del carbono», con el objetivo de intercambiar derechos de contaminación, declaró en entrevista al diario australiano The Age.
Además de la cuestión energética y el problema ecológico derivado de ella, el G20 pasará revista a la situación económica internacional: riesgos inflacionistas y alzas de las tasas de interés, políticas de cambio y, sobre todo, las reformas del FMI y el Banco Mundial, ambos representados por sus máximos responsables en la ciudad australiana, respectivamente Rodrigo Rato y Paul Wolfowitz.
La reforma del FMI, que comenzó en septiembre para otorgar más peso a las economías emergentes, «es importante pero sólo se trata de una primera etapa», según Costello. «El G20 hará todo lo posible para encaminar una segunda etapa, en el curso del año próximo», añadió el ministro australiano.
El G20 fue creado en 1999 para facilitar el diálogo entre el Norte y el Sur, cuando las crisis financieras agitaron el fin del siglo en Asia, Rusia, y luego en América Latina.
Congrega a los países ricos del G7 –Estados Unidos, Japón y Alemania, entre ellos– pero también a numerosos países emergentes, como China, India o Brasil.