Francia se sumará a partir del 1 de febrero de 2007 a la lista de países europeos, como España, Italia o Irlanda, que prohíben fumar en los lugares públicos, según el decreto publicado hoy en el Diario Oficial, que otorga una prórroga de once meses a bares y restaurantes.
El tabaco acaba cada año con la vida de 66 mil personas en Francia, de las cuales seis mil son fumadores pasivos, víctimas del humo de terceros, según el ministerio de Sanidad.
El decreto marca un giro definitivo en el país, donde la prohibición de fumar, prevista en un principio en la llamada Ley Evin de 1991, ha sido ignorada por muchos y aplicada de forma muy desigual.
Sin embargo, a partir de febrero de 2007, en los «lugares cerrados y cubiertos que acogen a un público o que constituyen un lugar de trabajo» estará prohibido encenderse un cigarrillo.
La legislación en vigor es particularmente draconiana en lo referente a escuelas y otros centros para menores, donde a partir del año que viene no se podrá fumar en ninguna parte, incluidos los patios y jardines.
Las empresas podrán habilitar sin embargo zonas para fumadores, pero los profesores y personal de sanidad deberán abstenerse del vicio, puesto que no existirá ni un sólo espacio para ese fin.
«No quedará ninguna sala cerrada para fumadores en la administración», ya se trate de hospitales o colegios, «puesto que el Estado puede y debe dar ejemplo», aseguró el ministro francés de Sanidad, Xavier Bertrand.
El decreto publicado hoy fija las características técnicas con las que deberán cumplir las salas de fumadores, unos espacios «cerrados» en los cuales no se podrá ofrecer ningún servicio, ni siquiera bebidas.
Su superficie máxima será de 35 metros cuadrados y deberán contar con un sistema de ventilación adecuado.
Bertrand suavizó el tono prohibitivo de la normativa, al asegurar que el «pragmatismo» será bienvenido y que, por ejemplo, se podrá fumar en los andenes descubiertos de las estaciones.
Una clara excepción incumbe a residentes de asilos, clientes de hoteles y los presos, que podrán continuar a fumar en su espacio privado, según el ministro.
Para el gobierno francés, estas instalaciones representan sustitutos de domicilio para los que «no habrá ningún cambio jurídico», señaló Bertrand.
Finalmente, las cafeterías, bares, restaurantes, casinos, hoteles y discotecas dispondrán de una prórroga de once meses, hasta el 1 de enero de 2008, para preparar sus instalaciones.
Los propietarios de bares, protagonistas de movilizaciones en las últimas semanas, habían solicitado una prórroga de entre 3 y 5 años. De todas formas, obtuvieron una prolongación, más allá de 2007, de un paquete de ayudas financieras llamado «Contrato de futuro».
Con la nueva normativa, Francia se suma a un movimiento que empieza a generalizarse en Europa, iniciado en 2004 por Irlanda con la prohibición total de fumar en los lugares públicos. También España, Italia, Suecia o Gran Bretaña han declarado la guerra al tabaco con rigurosas medidas.
Entre los franceses, entre un 70% y un 80% se declara favorable al nuevo decreto, según los sondeos.
La prohibición de fumar en los lugares públicos, que entrará en vigor en Francia en dos etapas, en 2007 y 2008 respectivamente, se extiende desde hace dos años en Europa, con la excepción notoria de bares y restaurantes.
Irlanda fue el primer país en impedir totalmente el tabaco en los lugares públicos el 29 de marzo de 2004. Su ejemplo fue seguido en mayor o menor medida por Noruega (no miembro de la UE), España, Italia, Malta, Suecia o Escocia.
El año próximo se espera que Inglaterra, Irlanda del Norte y Lituania se sumen a la guerra contra el tabaco.
La prohibición de encenderse un cigarrillo en los lugares públicos ha tenido una buena aceptación entre los ciudadanos, incluidos los fumadores.
El año pasado, un sondeo reveló que el 93% de los irlandeses, así como el 89% de los fumadores de ese país, consideraban una buena idea la ley.
En Roma, los italianos que desean fumar desde enero de 2005 se han acostumbrado a hacerlo en las terrazas, bajo el frío o el calor.
Pero, por lo general, los mismos países que han aprobado legislaciones contra el tabaco han previsto a la vez importantes excepciones, que afectan sobre todo a bares y restaurantes.
En España, donde la ley antitabaco entró en vigor el pasado 1 de enero, la mayoría de locales de menos de 100 metros cuadrados que podían escoger, optaron por mantenerse como espacios para fumadores.
En Austria, donde la media de fumadores es una de las más elevadas de la UE – del 37% frente a una media europea del 27% -, los bares y restaurantes no están sujetos a ninguna prohibición.
Alemania registra un cierto retraso respecto a sus socios, aunque la gran coalición dirigida por la canciller Angela Merkel estudia prohibir próximamente el cigarrillo en los lugares públicos.
En Luxemburgo, la ley en vigor desde septiembre pasado excluye a las discotecas.
La tendencia para estos locales donde los ciudadanos centran buena parte de su vida social es habilitar cada vez más zonas para fumadores, con el fin de no perder clientes.
Aunque el 63% de los europeos se muestra favorable a la prohibición de fumar en lugares públicos o en el sitio de trabajo, según un sondeo publicado en mayo, esta aceptación disminuye hasta el 56% en lo referente a restaurantes y apenas llega al 40% para bares y cafeterías.
Así, algunos países han dado marcha atrás, como la República Checa, mientras que en otros, la ley es llanamente ignorada, como en Grecia, el mayor consumidor de tabaco de la UE (40%), o Hungría, donde incluso el Parlamento está anegado por una nube de humo.
Ante esta falta de armonía legislativa, Bruselas no excluye adaptar una normativa para todos los miembros de la UE.