La vida de Jacques Mesrine, que fuera en Francia en los años 70 el «enemigo público número uno», es llevada a la pantalla grande en «Mesrine, l»instinct de mort» (Mesrine, el instinto de muerte), película en dos entregas de Jean-Franí§ois Richet con Vincent Cassel en el rol principal.
Mesrine es a la vez el más célebre de los gangsters de la historia policial francesa y una leyenda, puesto que el personaje fue en su tiempo erigido por parte de la prensa francesa en un símbolo de rebeldía contra el poder, en héroe –o antihéroe– popular, entró en el debate político y su muerte provocó una polémica sobre el rol de la policía.
Mesrine murió baleado por la policía el 2 de noviembre de 1979, tras 18 meses de fuga.
«Nadie puede pretender restituir toda la vida de un hombre»: la frase sirve de preámbulo a la película, que se estrena el miércoles en Francia.
El filme se inspira del libro «L»instinct de mort», relato entre ficción y autobiografía publicado por el propio Mesrine en 1977.
En base a un guión de Abdel Raouf Dafri, que investigó sobre Mesrine y acumuló documentos y testimonios de sus allegados, la película relata la juventud del gangster, autor de espectaculares asaltos y fugas, que fue calificado «enemigo público número uno» por la prensa.
La primera parte del filme, (la segunda será estrenada el mes próximo) pinta eficazmente un personaje áspero, violento y ambiguo, traumatizado por la guerra de Argelia y permeable al racismo antiargelino que impregnaba la sociedad francesa.
Jean-Franí§ois Richet, apoyado en la excelente composición de Vincent Cassel, compone un retrato complejo y contrastado, lleno de sombras y matices, de un hombre marginal, violento y de temperamento megalómano.
Como Cassel, Cécile de France da una credibilidad inmediata a su personaje, Jeanne Schneider, la compañera y cómplice de Mesrine en Canadá, donde la pareja era apodada «Bonnie and Clyde».
En el reparto de la película figuran asimismo Gérard Depardieu y la española Elena Anaya, que interpreta a la primera esposa de Mesrine.
«Lo que me interesa es cómo el personaje evoluciona psicológicamente. No quisimos tratar la leyenda, sino un personaje atípico y extremo», sin asumir «el papel de jueces», afirma el director.
El estreno de la película en Francia es un acontecimiento al que la prensa dedica amplios espacios, con comentarios de la obra y evocación de los hechos históricos.
El diario Libération publicó incluso este miércoles la reproducción de una entrevista que Mesrine le había otorgado en 1978, acompañado de un artículo dedicado a la manera como este «bandido mediático» se servía hábilmente de la prensa.
Incluso Robert Broussard, en la época jefe de la brigada antigang de la policía, cuyo equipo mató a Mesrine tras haberlo perseguido durante mucho tiempo, intervino en el debate, afirmando, en declaraciones a la AFP, que el bandido «no era un romántico» ni mucho menos, sino un gangster «orgulloso de su hoja de servicios de violencia y crimen», y que se vio «atrapado en la espiral del orgullo y la megalomanía».
Broussard recordó que la justicia francesa decidió «de manera definitiva» en octubre de 2006, que los policías habían actuado «en legítima defensa» cuando lo mataron, poniendo fin a las acusaciones hechas contra la policía por la familia de Mesrine.