Vanessa Núñez Handal
En julio de este año, con ocasión de la Feria Internacional del Libro en Guatemala, tuve la oportunidad de asistir a una conferencia impartida por Marta Elena Casaús, sobre su libro «Guatemala: linaje y racismo», publicado por F&G Editores (2007), y que se ha convertido en un best seller en Guatemala.
El evento me sorprendió, no sólo por el interesante planteamiento de la autora, sino por haber sido el más concurrido de la Feria. Mismo que, pese estar programado para una duración de una hora, debió extenderse el doble ya que las preguntas y comentarios de la audiencia no cesaban.
Se trata, sin lugar a dudas, de un libro inteligente, que refleja una investigación y conocimiento profundo del tema, pero, sobre todo, la intención de hacerlo accesible a todos. La obra, que no tiene recovecos donde el lector pueda perderse o dudar, dice las cosas como son.
Se trata de ideas que nos han abrazado siempre, como una camisa de fuerza, pero de las que nadie ha querido hablar nunca; porque es obvio, porque es así, porque es lo lógico. En este contexto, la mencionada autora dice en su obra: «Los certificados de limpieza de sangre, el argumento de pureza de sangre serán claves para el mantenimiento de la red familiar, así como las estrategias matrimoniales que dichas familias van a emplear para mantener su status.» Y, sin embargo, en nuestro entorno, leer esta frase puede sonar teórico, un poco muchas palabras para algo que todos sabemos. Pero cuando la autora profundiza, como lo hizo en su charla, que el factor del racismo no es sólo un prejuicio más con el que tenemos que vivir, sino un factor determinante para la comisión de crímenes terribles en nuestros países (e incluyo el mío: El Salvador), la situación cambia.
El tema del racismo es un tema importante. No se trata tan sólo de una diferencia en cuanto a la concepción de «el otro». Se trata de ventilar la concepción que tenemos de nosotros mismos y la forma en que, anulando, destruyendo, eliminando al otro, buscamos reafirmarla.
«Cuando uno tiene un cáncer, pues es un cáncer», dijo la autora al final de su ponencia. No se llama grano o roncha. Llamemos, pues, a las cosas por su nombre.
Esperaremos con ansia cualquier futura publicación de Marta Elena Casaús, porque sus ideas están poniéndo forma a la angustia que nosotros, como mestizos, venimos arrastrando desde que, gracias a la cruz y a la espada, comenzamos a disculparnos por ser quienes somos.
Vanessa Núñez Handal es una catedrática universitaria y escritora salvadoreña radicada en Guatemala. Su más reciente novela es «Los locos mueren de viejos» (Guatemala: F&G, 2008)